A pesar de negarse en un comienzo, Natalia accedió a hacer las reformas. Contactándome con la misma arquitecta que había remodelado mi loft, concertamos vernos en quince días con un listado de pretensiones e ideas de mi parte y su Tablet para organizar las tareas, de la suya.
Comprendiendo que las cosas estaban en punto muerto con Matías y que solo el tiempo las acomodaría nuevamente, me mostré animada con esta dinámica laboral que pregonaba renovación de punta a punta.
Todo lo opuesto a lo que me proponía en mi vida sentimental.
Yendo más allá, incluso, pensé en renovar mi casa, principalmente la actual habitación de mi amigo, próximo a irse.
Enfrentándome a la idea de estar sola, enumeré muchas cosas no hechas hasta entonces y que en esta nueva etapa de introspección personal merecían atención: un viaje a Grecia, un crucero a alguna isla caribeña, excursiones en Londres....muchos destinos me atraían y eso presuponía un buen síntoma.
— Era hora que te pongas en primer lugar —Natalia se alegró al verme investigar sobre diversos paquetes turísticos.
Yo revoleé mis ojos, pero con una sonrisa amena en mi rostro.
— Quizás agrande la cocina o me arme una oficina en el cuarto que quede libre —le indiqué a mi amiga.
— Aunque la mona se vista de seda, mona queda —hojeando unas revistas, mi socia fue inflexible. Algo quería decirme, pero siempre me hacía el mismo juego: apelar al sarcasmo, no ser clara y hacer que me devanara los sesos hasta entender cuál era su punto.
— Hablá...¡dale! —me recosté sobre el respaldo de mi silla, dispuesta a oírla.
— Por más que ese dormitorio lo transformes en un circo, con telas colgando del techo y luces de colores, siempre estará en vos el recuerdo de haber sido las cuatro paredes que cobijaron el sueño de tu amor.
— ¿Y eso qué tiene que ver?
— Que la renovación tiene que salir desde acá —apuntó su cabeza —y no desde acá —agitando la revista de decoración, concluyó —. Con tapar las cosas no resolvés nada. Sigo votando por la verdad, aunque sea molesta y dolorosa. Le dijiste que no eras homosexual, pero no que lo amaste en silencio desde que lo viste en Bariloche o que fuiste capaz de invitar a cenar a su noviecita con tal de verlo contento con la idea de que dos de las mujeres más importantes de su vida, se llevaran bien.
Yo tragué, conflictuada.
— No seas tonta, jugátela. Yo creo que puede haber una sorpresa al final del camino,
— No quiero ilusionarme en vano...
— Es una de las posibilidades, pero no por no intentarlo, te vas a rendir. Sos fuerte, Mani. Mucho más que cualquiera de nosotros. Si te caes, vas a saber cómo levantarte.
Recogiendo esa inyección de ánimo, estuve dispuesta a jugar mi última vida en este videojuego.
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Loft - (Completa)
RomanceMani y Matías son amigos desde los 18 años y desde hace tiempo, viven juntos en un Loft reciclado que Mani heredó al fallecer su abuela. Ellos no solo comparten el departamento sino además el gusto por la comida, mirar TV los viernes por la noche y...