27

660 148 23
                                    

Como era de esperar, no me dirigió una palabra durante el trayecto hasta el departamento. Molesta, chasqueaba la lengua a menudo. Lo hacía adrede, pues buen sabía que ese gesto me irritaba sobremanera.

Al llegar, entró como tromba al departamento y comenzó con su rosario de cuestionamientos: que por qué me metía en su vida, que por qué no la dejaba en paz, que no necesitaba de un ángel guardián, que la dejara ser ella misma...

― Es que ahí mismo radica el tema, Mani. No estabas siendo vos misma. Por querer encajar, te comportabas como una...una... –ella giraba y giraba en círculos. Yo me mantuve lo más tranquilo que pude.

― ¿Cómo una, qué? Dale...¡completála! –me instigó.

― Como una cualquiera.

― ¿Y qué si me quiero franelear con cuanto tipo aparezca? ¿Te importaría que fuera hombre y no mujer?

Se me acercó hasta un punto en que mi piel se erizó. Peligrosamente, se puso frente a mí, intimidándome, llevándome al punto de la confesión.

― ¿Qué buscabas? ¿Darme celos? –le pregunté con la espina de la duda atravesada.

― ¿Celos? ¿Por qué sentirías celos de mí? –altiva, las aletas de su nariz se abrieron, con el desafío planteado.

― Respondéme... –mis ojos se clavaron en su boca, oscura como cereza. El vino le habían teñido los labios de un color tentador.

Coqueteando conmigo, como nunca había sucedido, puso su dedo pulgar en mi boca. Incapaz de moverme, absurdamente, se lo chupé.

― ¿Adónde querés llegar? –le susurré.

― Hasta donde estés dispuesto... –aseguró.

Y para cuándo estuve por responderle con un beso frenético, su cabeza esquivó mi hombro y el vómito salió de lo más profundo de su estómago.

Y para cuándo estuve por responderle con un beso frenético, su cabeza esquivó mi hombro y el vómito salió de lo más profundo de su estómago

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Loft - (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora