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— Oh, vamos. Este chiste sí que si es bueno —continué insistiendo.
— Que no.
—Toc, toc...
—No hay nadie en casa.
—Pero Benja, ¿porqué-?
—Porque hay chistes buenos, regulares, malos, pésimos y los tuyos.
—Mejor hubiera dejado al Valentín hacer cochinadas —bufé. Mentira. No lo hubiera preferido, pero no me agrado aquello de mis chistes.
Benjamín me observó frunciendo el ceño.
—Ok, me alejaré de él —gruñí.
La sonrisa de siempre volvió a su rostro y se lanzó sobre mí a abrazarme. No pude hacer más que suspirar cansada y recibir el abrazo en silencio.
Mamá aún no llegaba y tras mi desmayo Benjamín había insistido en quedarse como enfermero para que no sufriera alguna otra calamidad.
Aunque, desde mi punto de vista, nada podría ser peor que la manera en la que me encontraron.
Luego de ver a los chicos a fuera quedé petrificada por largos segundos, hasta que todo me dejó y caí.
Al despertar todo lo que pude ver fue tres rostros mirando preocupados sobre mí; un paño húmedo reposaba en mi frente, yo continuaba en pijama y mi habitación seguía siendo un desastre.
Mis mejillas se prendieron de inmediato y los tres sonrieron al ver que no había muerto.
Pero si lo había hecho. De vergüenza.
No podía solo esconderme, no, tenía que desmayarme y hacer show.
Odio ser tan maldita y sensualmente torpe.
— ¡Ale, llegué! —La voz de mamá sonó a través del pasillo de la escalera. ¿En qué momento se había ido?
Sonreí automáticamente.
— Gracias, Benjita, mamá llegó puedes irte —dije apresuradamente.
Me miró elevando una ceja. —Ok, intenta no desmayarte. No tienes derecho a hacerlo.
— ¿Pero por-?
—A menos que sea por causa mía o de Nath.
¿De qué hab-?
Ah, sus jodidas bromas.Alcé una ceja y asentí lentamente mientras un seco "ya" escapaba de mis labios. Hice un gesto en dirección a la puerta y Benjamín pasó frente a mí para salir, no sin antes revolver mi cabello dejándome completamente despeinada en cosa de segundos.
— ¡Benjamín! —exclamé antes de que desapareciera en el pasillo. Me miró en silencio unos segundos. —Por favor, no vuelvas a traer a tu compañero de grupo a mi casa. No quiero que vean la madriguera que tengo por habitación.
— ¿Compañero de grupo?
—Ya sabes, a Feñi-, Fernando. —Agité la mano desinteresadamente.
— ¿De qué hablas? No lo he traído a tu casa.
—Los vi cuando desperté de mi "accidente"
Dejó salir una suave carcajada. —Creo que el fierro de la cortina te dio fuerte. —Lo observé sin comprender. —Ale, él se fue a casa; solo Nathan y yo entramos a ver que te ocurrió.
¿Qué caraj-? ¿Tan rápido me volví loca?
Benjamín sonrió inocente y giró de vuelta al pasillo, segundos después ni sus pasos se oían. Sentí como mamá se despedía de él y la puerta sonaba tras cerrarse.
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estúpida, pero con estilo.
Teen Fiction''Esto pasa cuando la palabra ''yeta'' no alcanza a describirte.'' Historia totalmente mía. Votos, comentarios, denuncias y amenazas; todo es bienvenido. ||ex-fanfic 5SOS||