estúpida, pero con estilo.

27.

♡

Era la situación más incomoda de mi vida. Me encontraba rodeada y atrapada, todo gracias al cochino de Nath.

Le fue con el chisme de mi "advertencia" a los chicos y tras sacar conclusiones entre ellos me llamaron a una extraña version de "reunión". Bueno, solo Nathan y Benjamín, Fernando solo esperabas por ellos y miraba en silencio.

—¿No será que le tienes celos a Nidia? —Nathan meneó ambas cejas. Sin darme cuenta comencé a analizar su rostro. ¿Cómo es que no había cambiado nada en todos estos años? Eso no pasa con los chicos, ¿no? ¿No?

—¡Por el arco de Katniss! ¡no! —respondo apresurada al notar que mis pensamientos me dejaron en silencio un buen ar de segundos.— Sin ofender, pero, iugh.

—Hm, —Movió sus marrones ojos en un circulo como pensando la cosa.— no, no me ofende.

—Además, —comencé, esta vez sin pensar palabra alguna de las que salían de mi boca — ¿por qué tendría celos si... Hm, ya estoy pololiando?

Soy una mentirosirijilla, ji ji, pero bueno, una mentirilla no daña a nadie.

Los tres pares de ojos me observaron en su máxima amplitud, expectantes. No hubo palabra alguna, mientras yo me cruzaba de brazos victoriosa.

Bien, gané. No hay de qué preocuparse.

Benjamín fue el primero en hablar en varios segundos. —¿Y cómo se llama, si se puede saber?

Nathan le siguió. —¿Zayn Malik? —los tres rieron.

Ellos 1 - Yo 0

—Ya, —dije cortante— y el Benja está con Rebeca.

—¿Qué Rebeca? —me miró confundido.

—Rebeca-Galindo —solté y noté como Fernando y Nath aguantaban la risa, hasta que no lo soportaron y comenzaron a carcajear.

¿Caga lindo? ¿de verdad cayeron con eso? Ah, bueno...
Ellos 1 - Yo 1
Último Round.

—Ya, enserio, Ale —Benjamín me miró con seriedad. No eran mis hermanos mayores  pero no podían evitar comportarse como unos. —¿Quién es?

Hm, creo que no pensé esta parte.
¿Qué hago, qué hago, qué hago? ¡Ya sé!

Una sonrisa gigante apareció en mi rostro.

—Tintin.

Ellos 1 - Yo +99999999

( . . . )

—¡No fingiré ser tu jodida pareja, maldita enferma!

Tras media hora de insistentes pedidos de ayuda, el puto de Valentín no quiso aceptar hacerme el favor, se veía molesto e incomodo con la idea. Lo que sea, debí haber sabido que no aceptaría.

Bien tonta tu idea po, Aleka.
Ay no empieces por favor.
Te aweonaste po.

Di un fuerte suspiro en busca de alguna idea nueva. Acto seguido, le di una larga mirada, una ceja en alto y una media sonrisa. Si no era de mentira, pues que fuese de verdad.

—Entonces, como no quieres que sea así...

Tomé su mano despacio, sin dejar de mirarlo a los ojos. Estábamos solos en casa, antes de que pudiera dar rastro de vida e ir a ensayar con los chicos lo tironee a mi casa con la escusa de hablarle de algo serio. Aunque, obviamente, no resultó como esperaba.

—Valentín, —continué, acercándome un poco mas a él — ¿te gustaría pololear conmigo? De verdad.

Miró a su izquierda, incomodo por mi acto. —Ale, de verdad que te estas pasando.