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La adolescencia es rara, para algunas cosas eres muy chica, para otras eres muy grande. No puedes entrar a la piscina de pelotitas, pero tampoco tatuarte una; legalmente hablando. Pero qué importa, si al fin y al cabo lo que más nos urge es crecer para poder hacer lo que se nos de la putísima gana.
Sarah ya tenía licencia, y si la mente no me fallaba Antonella también. Yo era la menor de las tres, ellas habían cumplido la mayoría de edad durante el verano y yo era la única pequeñina que no la cumplía hasta pasadas las fiestas patrias, pero estas ya habían pasado.
¡Wuju!
Miré nerviosa a la ventana, ellas olían los nervios en mí y eso yo lo sabía.
—Ale, solo será como hace unos días. Pero más responsablemente. — Antonella intentó calmarme.
Le di una seria mirada. —Ay, bueno.
Sarah me dio una rápida mirada a través del retrovisor. —Solo iremos a tomar algo entre amigas —Aclaró, sonando como si tratase de convencerse a sí misma—, de hecho ni siquiera será tanto, si le llego a hacer algo al auto me matarán.
—Y Sarah no permitirá que se nos pase la mano como en las ramadas. —Antonella intentó ayudar, pero no funcionó.
Una fila de recuerdos apareció de golpe en mi mente liderados por una imagen mía gritando borracha en el teléfono.
Ojalá algún día me perdones, Feño.
Dimos algunas vueltas por la ciudad y finalmente llegamos a una de las calles principales, de esas donde se ubican todos los pubs, restaurantes, discotecas y demás cosas conocidas donde yo jamás pondría un pie, hasta hoy, claramente.
Sarah estacionó el auto y dejó salir un fuerte suspiro.
— ¿Han venido antes a un lugar así? —solté antes de bajar.
Antonella sonrió divertida. —Claro que no.
—Somos amigas, -agregó Sarah —o lo vivíamos las tres juntas o nada.
Que amorosas.
* * *
Mis manos se mantenían unidas a mi cara como si hubiesen sido pegadas allí con pegamento industrial. Mis mejillas ardían como dos carbones y no había sido por lo que había bebido antes de todo este show. O quizás sí.
Separé un poco los dedos para comprobar si todo había vuelto a la normalidad, pero esa no era una palabra que describiera mi vida. Seguían ahí.
Todo había ocurrido tan rápido; Sarah desapareciendo dos minutos, Antonella gritando que era mi cumpleaños, yo siendo guiada al centro del salón, y ¡puff! de pronto me encontraba en una especie de ola humana con mucha música, luces parpadeantes de colores y otras cosas.
Un Yisus escapó de mí e involuntariamente me persigne. No sé por qué si ni siquiera soy católica. Mientras tanto Antonella se agarraba el estómago de la risa al tiempo en que Sarah la sermoneaba tras reaparecer; supongo que solo había ido al baño.
Antonella de mierda, para tu cumpleaños igual haré que te carguen así, a ver si es tan gracioso vivirlo.
No, ¿Sabes qué? Quizás sea el efecto del alcohol siendo yo tan chapita, o el que me hayan agitado tanto, pero creo que me está gustando esto.
Miré a mí alrededor sonriendo y gritando. —¡Eh, eh, eh! —Hasta que me hicieron aterrizar de pie sobre un mesón.
Woah, me siento como la reina del mundo.
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estúpida, pero con estilo.
Teen Fiction''Esto pasa cuando la palabra ''yeta'' no alcanza a describirte.'' Historia totalmente mía. Votos, comentarios, denuncias y amenazas; todo es bienvenido. ||ex-fanfic 5SOS||