22.

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Mortal con triple giro y voltereta invertida haciendo equilibrio sobre el marco de la bicicleta.
Parecería que todo salió de su control, pero no, Aleka logra mantener el bolso a salvo liberándolo de lo que sería el fin de los pastelillos.

Una extraña voz narraba todo mientras volaba por el aire y caía sobre mi estómago dejando ambas manos enterradas en el lodo.

— ¿Estás bien?

Una agradable voz suena a mi lado.

Aún aturdida y con la cara contra el lodo digo en medio de balbuceos:
—Da motila, audme cod da motila.

La chica me toma del antebrazo y me ayuda a levantarme. —Déjame ayudarte —dice mientras tanto.

—Lo sien- —comienzo, pero de inmediato me detengo y saco con rapidez la mochila que se mantenía en mi espalda —Gracias.

Siguen vivos, los pastelillos siguen vivos.

— ¡Están vivos!

Para, eso no lo pensé.

Mierda.

Con las mejillas encendidas voltee en dirección a la desconocida. Me observaba incómoda.

¿Habré gritado muy fuerte? ¿Y por qué se me hace familiar?

No sé si el golpe había sido muy fuerte o si realmente la había visto antes. Su cabello, los ojos, algo tiene que...

—Si necesitas ayuda de alguien puedes llamar desde mi casa, tu bicicleta está arruinada. —Interrumpe mis pensamientos.

— ¿De ver-? —digo y giro para encontrarme con prácticamente un monociclo. —Por el ángel, quizás dónde cayó la otra rueda.

La chica me mira emocionada. — ¿Por Raziel?

— ¿Nefilim? —respondo de igual manera.

— ¿Hermana? —Extiende ambos brazos a mí.

Sin pensarlo mucho avanzo a ella y la abrazo mientras ambas reímos como maniáticas.

Y nuevamente hablo sin pensar. — ¡Nunca creí encontrar a otra nefilim!

Okey, esto se volvió extraño. Incluso para mí.

—A todo esto, —Me separo de ella. Dime Ale. ¿Cómo te llamas?

—Javiera.

— ¿Javiera? —repito y guardo silencio algunos segundos. —Lindo nombre.

— ¿Y dónde ibas? —Me observa con curiosidad.

—Donde unos Cortés. Llevo una entrega.

Abre ojos de plato y forma una "o" con su boca. —Ellos son mis tíos, yo te acompaño.

—Ah, ¿gracias?

Okey, ahora sí que si esto es extraño.
¿Y si es una sicópata que me noqueará por el camino, me arrastrara a un viejo granero, esperará a que despierte y se entretendrá matándome lenta y dolorosamente mientras ella sonríe como la lunática que realmente es para después tomar mi piel conmigo aún viva para hacer una hermosa y cara cartera y billetera de Aleka que, a propósito, todas sus amigas envidiaran porque hasta así me vería fabulosa?

—Llegamos.

La voz de Javiera suena sacándome de mis pensamientos.

Debo admitir que era un lugar bastante lujoso; gran casa, piscina, tobogán, muchos árboles que de seguro daban fruta, a lo lejos un establo.

estúpida, pero con estilo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora