-Oh joder, dime que no es cierto- hablaba Nicky, demasiado emocionada.
Y sí, ya le había contado todo.
-Lamentablemente lo es- dije de forma un poco decepcionada.
-Vamos, ¿por qué estás así?, Dios, te casarás con él príncipe, el sueño de casi toda mujer.
-Lo sé, pero creo que no soy suficiente para él, es decir, mírame, soy gorda y fea.
-Oye, eres preciosa, además si tú no le gustaras él no te hubiera besado.
-Bien, supongo que tienes razón.
-Oigan chicas, creo que ya es un poco tardé, hay que volver- habló Max.
-Sí, tienes razón- dije yo.
Caminamos a la salida, Nicky y Max se fueron juntos y yo tomé un taxi.
Minutos después llegué a casa, subí rápidamente a mi habitación, no quería ver a nadie, al llegar me puse mi pijama de koalas y me recosté sin saber en que momento me quedé dormida.
~Chace~.
Después de que los guardias lograran sacarme del centro comercial por fin llegué al castillo.
-Hola, cariño- dijo mamá al verme entrar,era raro que estuvieran aquí.
-Hola mamá, ¿tan pronto volvieron?- pregunté extrañado.
-Así es,tenemos muchos pendientes y problemas que resolver por aquí- dijo papá.
-Y ya creo saber cuál, ¿ or qué no me dijeron que mi futura esposa iba en la misma escuela que yo?- Eso me molestaba de cierta forma.
-Lo sentimos, no tuvimos tiempo, cariño, pero... ¿cómo lo sabes?- mi madre estaba asombrada.
-Me topé con ella en el centro comercial, me lo dijo, esa niña ya estaba enterada y yo no tenía ni idea de quién era, estoy seguro de que ni siquiera es mi tipo- dije “molesto”, vamos, ella era linda.
Después de eso mamá iba hablar pero no le di la oportunidad y subí a mi recamara, necesitaba descansar.
~ Eleonor~.
La maldita alarma me despertó a las 5:00 am y hoy entraba a las 8:30 a clases, por Dios, estaba demasiado molesta porque no podía reconciliar el sueño.
Me levanté, preparé panqueques para todos y subí a darme una ducha. Me di una ducha un poco larga ya que aún era temprano, al terminar de ducharme me vestí y baje de nuevo.
Ahí se encontraba mi familia asombrada porque había hecho el desayuno.
-Buenos días- saludé con una sonrisa.
-Buenos días hija, ¿algo bueno ocurrió? Estás muy feliz, pensamos que aún estarías molesta con nosotros- dijo mamá algo preocupada.
-Aún lo estoy, pero desperté temprano y decidí hacer el desayuno.
Después de eso todo se quedó en silencio, se oían sólo los utensilios, hasta que papá decidió hablar.
-Lo sentimos mucho hija, no sabíamos comí decírtelo, por favor perdonanos.
-Está bien papá, creo que ya es un poco tarde, iré a lavarme los dientes para irme a la escuela así que compermiso.
Me lavé rápidamente los dientes y tomé mis cosas para irme.
Al llegar a la escuela estaba todo un poco solo, claro aún era temprano y otros estaban ya en clases. Me senté en las bancas que había por ahí, una limusina se paró frente a la escuela, Chace había llegado.
Esperaba que me viera, que me saludará pero no fue así, claramente me miró pero ni siquiera me sonrió, me sentía algo decepcionada.
Después de un rato llegó Nicky con Max, me saludaron y entramos a clases.
Pasaron las clases tan lentas y aburridas, ni siquiera podía ponerles atención, sólo pensaba en el estúpido príncipe y su estúpida forma de comportarse.
Llegó la hora del descanso, tal vez lo vería de nuevo,by fue así, cuando uno de sus estúpidos amigos me tiró la comida encima diciéndome que yo era una marrana y necesitaba seguir comiendo. Pensé que me defendería pero no, ni se inmutó, solo se quedó ahí viendo como me humillaban.
Corrí con dirección a la salida de la escuela, escuchando las burlas de todos y como Nicky discutía con él imbécil que me tiro la comida encima. Llegué a un parqu, llorando, preguntándome por qué él mundo era tan mierda, tan cruel y por qué él no me ayudó.
-Hey, ¿estás bien?- escuché claramente su voz tan conocida, se oía agitado, parecía que había corrido.
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Casada con él príncipe.
Teen FictionRompiendo con los clichés. •Entre cuentos de realeza #1•