¿Adivinan quiénes no se besaron?, exacto, nosotros. Claro que no fue por el timbre de la puerta llamando, aunque hubiese sido un poco menos incómodo, tampoco fue porque algún celular hubiese sonado, si no por la maldita pintura tirándose en mis pantalones.
Era lo más vergonzoso que me había pasado. Jonathan había dejado una pintura abierta, la tiró intentando acercar su brazo a mi cintura, estábamos sentados en el suelo por lo que no me preocupaba manchar los sofás.
-Joder, de verdad lo siento, no era mi intención- decía nervioso mientras se agachaba limpiar conmigo.
-No pasa nada, tranquilo, fue sin querer- le repetí varías veces porque no paraba de pedir perdón.
Se fue cuando terminamos de limpiar. Entonces comencé a pensar, ¿por qué no siento ni un poco de arrepentimiento?, ¿Jonathan lo estaba haciendo por joder a Matías?.
No tenía respuesta alguna para ello, pero sabía bien que el sólo me haría sentir especial con tal de hacerle daño a Matías, ¿pero no se supone es amigo de Chace?. Ahora sólo podía pensar en Chace, pues una cosa me llevó a la otra y terminé de tirada en mi cama hecha un mar de lágrimas. Yo podía ser una persona muy fuerte y decidida pero había momentos en los que simplemente no me sentía nada bien. Aún intentaba analizar por qué prefirió besarse o meterse con otras si me tenía a mi.¿Realmente yo no valía la pena?, ¿su problema fue mi estúpida complexión?. Así me quedé dormida, llorando.
~Narra Jonathan~.
Me encontraba recostado en mi cama, mirando en mi celular la foto de Eleonor, ¿cómo podía ser tan bella?.
Matías y Chace sí que tenían buenos gustos, no entendía por qué Chace la engañaba. En mi opinión, no lo merecía pues era demasiado inteligente, hacía sus trabajos de una manera excelente.
Me gustaba bastante mirarla mientras hablaba, sus labios se movían tan bien, su voz era tan hermosa y angelical. Ésta vez no quería joder a Matías, sólo que realmente era una chica que tenía algo especial, esa escencia que enamora a quien la conoce.Eleonor simplemente era la chica que siempre soñé, y sí debía quitársela a Matías, lo haría. Lucharía por ella todo lo que sea necesario, pues sentía como iluminaba mi día con tan sólo una palabra. Sabía perfectamente que no la conocía del todo, pero me encantaría hacerlo.
~Narra Matías~.
Llevaba horas llamando al celular de Eleonor, no contestaba ninguna de mis llamadas, se supone me avisaría cuando Jonathan llegara, realmente no eran celos pero me preocupaba mucho que él le hiciera algo o él príncipe lo envió.
Se supone la llevaría también a la fiesta, pero seguía sin tener alguna noticia de ella. Me consumía la preocupación.
Era raro que ella no contestara ni me llamara, en serio me ponía nervioso. Decidí que lo mejor sería ir a buscarla.
Solamente esperaba encontrarla bien porque era a ella a quien yo quería en mi vida, sentía que era la indicada para mí. Quería que por fin alguien me amara de la misma manera en que lo hago yo, entregándole todo de mí.
~Narrador omnisciente~.
Eleonor de nuevo estaba en sus momentos más frágiles, en donde creía que todos querían tratarla como un muñeco de nuevo, pero a veces el dolor te cega tanto que hace que mires las cosas de la peor manera.
Muchas veces nos hundimos en un hoyo sin salida alguna, cuando en realidad todo tiene una salida, simplemente no podemos verla. Cuando más necesitamos de alguien, sentimos que todos están en nuestra contra.
La depresión viene, dejándote sin ganas de nada, quizá no la veas, quizá no la sientas pero aún así, ahí estará.El dolor hace que no podamos ver de buena forma a quien nos ama, nos encontramos ahogandonos en la tristeza y melancolía. Pero siempre estará alguien ahí, amándonos incondicionalmente.
A Eleonor la comenzaban amar, ella había cautivado sin necesidad de fingir una personalidad, simplemente era ella y así la amaban. Su dolor, quizá ella no se daba cuenta, hacía que no se diera cuenta cuando alguien quería ser parte de su vida.
Matías estaba enamorándose poco a poco pero ella se seguía sumergiendo en ese abismo. Quizá necesitaba de su familia, pero ellos no siempre podían mantener una buena comunicación.
No siempre somos fuertes, nos rompemos pero siempre, siempre habrá alguien ahí, siempre habrá alguien que nos admire, que nos ame por quiénes somos. No es bueno dejar que lo malo se quede dentro de nosotros.••••
Bueno, éste capítulo es algo corto, pero hoy este capítulo se lo dedico a todas esas personas que sienten que ya no pueden más, por todas aquellas que decidieron que lo mejor era irse. En serio no están solos, siempre hay alguien para amarnos y cuidarnos. Si alguien necesita ayuda aquí tienen a una amiga. Con la depresión no se juega:(.
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Casada con él príncipe.
Teen FictionRompiendo con los clichés. •Entre cuentos de realeza #1•