Definitivamente él era más de lo que yo esperaba.
Se había separado. Simplemente se hizo hacía atrás y giró su rostro.Solté un suspiro, parecía que había estado reteniendo el aire por mucho tiempo.
-¿Qué haces, chismosa?- la voz de Jonathan me exaltó.
-Mirando como mi hombre es acosado por otra- miraba como Matías se quitaba y la chica quería besarlo a la fuerza.
-Oh, vaya, ve a por él- me dio un pequeño empujón.
Y lo hice, caminé a donde estaban, mi corazón latía a mil por hora.
-Hola, amor, ¿me acompañas a bailar?- me puse en medio de ambos.
-Claro, cariño, vamos. Hasta luego Chelsea- tomó mi mano y caminamos.
La chica se quedó ahí, seria. Sólo me miraba y miraba nuestras manos.
Realmente yo no sabía como sentirme. Tenía enojo en mí, pero sabía que al menos se había separado.-¡Eleonor!- la voz asustada de Jonathan llegó a mis oídos.
-¿Qué pasa?, ¿estás bien?- se veía algo pálido.
-¡Es Chace!, venía hacía acá, quería hablar de nuevo contigo, mierda, tuvo un accidente.- Su rostro era de total desesperación.
Mi corazon latía fuerte sentía como palpitaba, juraría que se saldría. No podía creer que esto estaba pasando, estaba en shock, no podía hablar, sentía como mis mejillas comenzaban a humedecerse.
-Vamos, preciosa, estará bien, te llevaré al hospital- Matías tomó mi mano y sin lastimarme me jalo para que caminara.
Veía todo dar vueltas. Nadie nos miraba, Jonathan venía a mi lado, repetía una y otra vez que él iba a estar bien. Por primera vez miré al Jonathan frágil, lloraba como loco, no sabía si era la borrachera o realmente estaba preocupado.
Matías iba lo más rápido posible, Jonathan me abrazaba y decía que él chofer de Chace era quien lo había llamado. No sabía bien como había pasado, realmente todos estábamos muy preocupados.
Llegamos, ya había bastante prensa, los de seguridad intentaban calmar a todos. Matías le pidió a Jonathan que me ayudara a bajar porque él iría al estacionamiento.
-Ven, no me sueltes, donde vean que eres tú, la prensa no te dejará pasar- podía imaginar todo el desastre que se haría pero no me importaba.
-¡Joven Colleen!- Dan, el chofer de Chace se encontraba en la puerta de entrada, evitando el paso de cámaras.
-¿Señorita, dónde estuvo todo este tiempo?, ¿Chace venía por usted?- esas y muchas preguntas más retumbaban en mis oídos.
-Déjenlos pasar, por favor- Dan intervino.
No dejaban de hacernos preguntas, hasta que por fin pudimos entrar.
-¿Cómo está?, ¿puedo verlo?- pregunté, necesitaba verlo.
-Lo siento, pero no, él está inconsiente, señorita- las ganas de llorar volvieron aparecer.
Es entonces cuando te das cuenta lo importante que son las personas en tu vida, lo importante que es perdonar. No podía creer que le había pasado esto a él. Por más enojo que tuviera sobre lo que había pasado, me dolía, tenía mucho miedo de perderlo.
Era un gran chico, aunque no tuviera idea de lo que realmente quería en su vida. Chace no merecía esto.
-Todo estará bien, sabes que él es fuerte, cariño- ni siquiera noté cuando Matías llegó.
Me acompañó a sentarme, acariciaba mi espalda y no soltaba mi mano. Entonces entendí que cuando menos lo esperas llega una persona que mejorará tu vida y estará ahí para cualquier cosa.
-Aún no despierta, pero puedes pasar, Eleonor- Jonathan llegó hasta nosotros.
-Ve, estaré esperándote- Matías me sonrió.
Se encontraba en la habitación 19, en el tercer piso, así que subí por el elevador.
Chace era realmente fuerte. Sus padres ya venían en camino, Dan les comunicó.
Llegué a la habitación, toqué la puerta y escuché un leve ¨Pase¨.
-Hola- le dije a la enfermera que se encontraba ahí.
-Hola, pasa, ya terminé- me sonrió y salió de ahí.
Miré a Chace y sentí como mi corazón se rompió. Se encontraba con oxígeno, tenía algunos cables conectados, estos checaban su ritmo cardíaco, su brazo derecho estaba vendado, tenía puntos en su frente.
-Oh joder, Chace, ¿qué demonios pasó?- nadie sabía como se había accidentado, sólo encontraron el coche volteado.
Dan venía siguiéndolo por ordenes del rey, pero dice que llegaron a un lugar de comida, Dan entró al baño y después Chace se había esfumado. Siguió el camino que imaginó Chace había tomado y luego de un rato se encontró el coche.
Me acerqué a él, me senté en una orilla de la camilla donde se encontraba. Tomé su mano, estaba lastimada, tenía varios rasguñones.
-Estarás bien, sé que eres muy fuerte, tus padres ya vienen en camino- besé su frente.
Dolía verlo ahí, sólo quería verlo sonreír de nuevo, que me hiciera sus bromas tontas, que me pusiera roja con sus comentarios cursis. Era increíble como todo había pasado tan rápido, no me explicaba que hacía él aquí. No podía dejar de sentirme.
Y si era sincera, lo extrañaba, Matías era un chico grandioso, pero en el fondo sabía que mi corazón lo tenía Chace.
A veces no valoramos a las personas que nos aman, nos aferramos al dolor y creo que eso me estaba pasando. Me aferraba a que Chace cambiaría y seríamos muy felices. Sabía que no valoraba del todo el amor que Matías me tenía, era él mejor chico, me entendía, pero yo no era suficiente para él.
-Permiso- una enfermera me volvió a la realidad.
-Adelante- intenté sonreírle.
Me puse de pie y me senté en un sofá que se encontraba ahí, cerca de la cama de Chace.
-Bien, supongo que tú eres pariente de él, así que te lo diré, probablemente él esté así un par de días. Sufrió un fuerte impacto en su cabeza, es muy afortunado de estar aún con vida- Mi corazón estaba destrozado, él no se merecía esto.
No dije nada, sólo estaba ahí en shock, la enfermera se fue. No podía entrarme en la cabeza por qué a él. Lo miré, quería gritar, quería hacerlo despertar, quería mirar de nuevo ese brillo en sus ojos.
De nuevo me acerqué a él, en su rostro se veía como los vidrios del coche lo habían lastimado. Su labio inferior estaba partido.
Le rogaba al universo entero porque despertara, que de nuevo estuviera haciendo estupideces. Pero no fue así. La máquina donde se podían ver su ritmo cardíaco comenzó a sonar repetidas veces, su ritmo bajaba.
Desesperada salí de ahí en busca de la enfermera.
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Casada con él príncipe.
Teen FictionRompiendo con los clichés. •Entre cuentos de realeza #1•