-Bien, necesito que te pongas una venda en los ojos, Eleonor- dijo dándome la venda.
Okeeey, tampoco me esperaba esto.
Dudosamente me la coloqué.-Bueno, sr. Samuels, cuenteme algo de usted- intentaba que no hubiera incomodidad durante él trayecto.
-¿Qué puedo contarle, srita. Miller?- podía jurar que él sonreía.
-Hmmm, ¿color favorito?- bien, no sabía que preguntar.
-Supongo que él café, ahora usted digame, ¿cuál es su banda favorita?- preguntó divertido.
-TØP, definitivamente.
-¿De verdad?, yo tengo algunos discos- dijo y podía escuchar como prendía la radio.
-Por fin algo en común- reí.
Y sí, lo que quedaba de camino cantábamos juntos, en realidad no sabía que pasaría después de hoy, si él quería jugar conmigo o no, aunque realmente lo presentía yo esperaba que no fuera así, me estaba encariñando y era muy malo. Pero viviría él presente, no me quedaría estancada esperando por alguien que no sabía ni lo que quería, no podía desvivirme sólo por esperarlo.
-Listo princesita, llegamos, te abriré la puerta- mentiría si dijera que realmente no estaba emocionada, además, ¿a quién no le gusta que le digan “princesita”?.
Me ayudó a bajar y quitó lentamente la venda y ¡Oh, por Diooos!.
¡¡ERA UN PARQUE DE DIVERSIONES!!.
Amaban los parques de diversiones, subirme a la rueda de la fortuna, jugar en los stand.
Como era de esperarse, lo abracé, realmente estaba emocionada.
-Bueno, te traeré más seguido si me abrazarás de esa forma- me separé apenada.
-Espera, me quitaré éstas cosas del demonio- dije sentadome en la acera, como si la gente no mirara raro.
-Vaya, chica lista- reía Matías mientras miraba como me quitaba los tacones y los cambiaba por mis vans.
Me ayudó a ponerme de pie y metió mi bolso al coche.
Entramos y como era de esperarse, no me dejó ni sacar mi cartera, sinceramente tenía un serio conflicto con dejar que pagaran por mí, no me gustaba mucho la idea.
-¿A cuál quieres ir primero?- le pregunté.
-Se supone que yo debería de hacer esa pregunta, pero si incistes- levantó los brazos en forma de “yo no soy él culpable”.
Eligió ir por la montaña rusa, quizá creyó que le tenía miedo, pero al contrario, me gustaba sentir la adrenalina.
Nos sentamos juntos y él como todo un hombre asustado, tomaba mi mano, lo que no me molestaba para nada.
-Okey, creo que yo estoy asustado y tu no, por lo cual te ruego no me sueltes- habló antes de que él juego empezara, por lo que yo reí y tomé su mano.
Al terminar, él salió corriendo al baño más cercano a vomitar, era obvio. Pero durante él juego, casi nos besamos, ya que al llegar a la punta más alta antes de que el juego descendiera, Matías y yo nos mirábamos a los ojos, como dos adolescentes al comienzo de una relación.
No estaba segura de si me gustaba, o sólo era atracción pero lo que tenía muy seguro es que ya no pensaba más en él tonto príncipe con complejo de “todas me aman“.-Listo, ¿ahora a dónde vamos?- sonrió, yo me reí y caminé sin contestarle.
Sabía a donde lo llevaría.
-¿De verdad, Eleonor?, ¿al carrusel?- vamos, tenía que traerlo.
Tomé su mano, se sorprendió pero dejó que lo guiara a donde estaban los asientos para dos.
Después de eso, él día fue más divertido, subimos a todos los juegos, incluyendo las sillas giratorias, en las cuales él pobre de Matías regresó lo que había comido dos horas atrás, comimos helado, jugamos en los stand, donde en algunos le ganaba a Matías y terminaba dándole lo que había ganado, como: peluches, pulseras. Me había divertido como nunca, me había relajado y olvidado de todo lo malo que ha pasado.
Pero aún no habíamos subido al último.
-Bien, lo último iremos a la rueda de la fortuna-no podía estar más emocionada, amaba estar ahí.
Subí rápido mientras veía a Matías hablar con él chico que pedía las pulseras, pude ver que le entregó todos los peluches.
Nadie más subió, sólo nosotros.-Listo- me sonrió cuando se colocó a mi lado.
Subimos lentamente, notaba a Matías algo nervioso.
Y entendí porque cuando la rueda se detuvo en lo más alto.-¿Qué pasa?- le pregunté, estaba poniéndome nerviosa porque creía su era un error del juego.
-Tranquila, yo le pedí que lo detuviera para nosotros, sólo quería decirte que eres tan hermosa como las estrellas de ésta noche, o bueno, aún más, sé que crees que todo es un juego pero en realidad me cautivaste desde en primer momento en que te miré, tus ojos brillan tanto como la luna, tu piel es muy linda, muy suave, tus manos encajan con las mías a la perfección y eso en serio me emociona- Oh joder, definitivamente no esperaba eso, no esperaba que alguien me dijera algo tan lindo.
Y lo besé, quizá fue impulso, quizá fueron sus palabras pero sin más, lo besé. Un beso lento y tierno, como si toda la vida hubiera esperado este momento.
Él juego descendió, ambos nos miramos, sin decir una palabra. Matías tomó nuestras cosas y caminabamos de la mano a la salida, directo al coche. Todo estaba tranquilo, creo que me sentía libre, por fin algo estaba bien.
Subimos al coche, ninguno habló en él camino, sólo nuestras manos estaban tomadas.
Al llegar, Matías abrió la puerta y me acompañó a la entrada de mi casa.-Muchas gracias, de verdad no esperaba esto, no esperaba que me llevarás a ese parque y de verdad me ayudó a quitarme él estrés- le sonreí y lo abracé de nuevo.
-No es nada, gracias a ti por aceptarme ésta cita, espero sea la primera de muchas.
Dio un beso en mi frente, esperó a que entrara y se marchó. Mientras yo, tocaba mis labios, aún sentía esa hermosa sensación.
Aunque de despedida sólo dio un beso en mi frente, a sido lo más satisfactorio del mundo, pues no me lo esperaba. Además, un beso en la frente es más lindo que uno en la boca, habla de todas lo que sienten las personas lo ti. Y ese abrazo, el primero de muchos.
^^^
Holaaa, espero que les guste este cap, muchas gracias por todooooooo su apoyo, no es muy largo pero lo escribí con mucho amor❤❤💖💖.
ESTÁS LEYENDO
Casada con él príncipe.
Teen FictionRompiendo con los clichés. •Entre cuentos de realeza #1•