Era el principito Chace que no había evitado que su estúpido amigo me humillara, vamos, soy su futura esposa, él podía haber hecho algo, mínimo llevarse a su amigo a otro lado antes de la tragedia.
Deseaba que él fuera a mi búsqueda pero aún así estaba molesta con él.
-No le interesa como esté yo, príncipe, así que le pido de favor que se retire- dije lo más fríamente posible, aunque por dentro moría por abrazarlo.
-Vamos, sé que no hice nada en un principio pero en serio no sabía ni que hacer, nadie sabe que serás mi esposa e iban a comenzar con chismes y comentarios estúpidos sobre nosotros.
-¿Es en serio?, ¿le importan más los comentarios de otras personas?, ¿sabe qué, príncipe?, Espero no volverlo a ver durante un largo, largo tiempo- dije antes de tomar camino con rumbo a casa, no quería saber nada de él.
-Obviamente me importan los comentarios de la gente, soy una persona importante, tengo que mantenerme siempre al margen, tú no eres nadie importante, ni siquiera tienes un status social- lo escuché gritar y paré en seco.
-Usted es un imbécil e idiota, que no sabe respetar a los demás, creí que era diferente, me decepciona- le dije y seguí caminando, me sentía destrozada, en verdad creía que era alguien diferente.
Me gustaba la persona más estúpida del mundo, odiaba lo que sentía por él, odiaba él hecho de que tenía que casarme con un imbécil, con una persona que podía ser tan bueno como malo.
Después de tanto caminar por fin había llegado a mi hogar, entré y no había nadie,claro, todos estaban ocupados y aún era temprano. Subí a mi cuarto y me recoste, quería llorar, me sentía fatal, quería que papá acabara con el trato de la boda.
Deseaba que esto nunca hubiese ocurrido.~Chace~.
Me encontraba en mi habitación,observando el techo de mi de ésta. Estaba jodidamente arrepentido de lo que le dije a Eleonor, su cara de decepción nunca la iba a borrar de mi memoria, me sentía un asco de persona.
Estuvo mal, realmente mal, a mi no me importaba lo comentarios de los demás hacía nosotros, quería que el mundo supiera que nos íbamos a casar, quería gritar a los cuatro vientos cuando me encantaba ella, con solo estar con ella un día me parecía alguien tan especial, tan bella tanto dentro como por fuera.
Unos golpes en mi puerta llamaron mi atención volviéndome a la realidad.
-Adelante- dije creyendo que sería alguna de las muchachas que venía a limpiar, pero no.
-Hola hijo, una de las muchachas me dijo que habías entrado algo enojado, ¿pasó algo?- habló mamá con voz dulce, era raro que ella estuviese aquí en casa.
-Oh mamá, la he cagado, arruiné todo con Eleonor,le dije cosas horribles, ella dijo que estaba decepcionada de mí, no sé que hacer mamá, creo que ya ni siquiera quiere casarse conmigo- dije y la abracé.
- Hijo, tienes que hablar con ella, si en verdad la quieres tienes que ir a buscarla y demostrarle que en verdad estás arrepentido, si ella te quiere lo entenderá si no, realmente no vale la pena- dijo y me dio un beso en la frente para después salir de mi habitación.
Analicé lo que mamá había dicho y supe que tenía razón, me cambié de ropa, me coloqué los zapatos y salí corriendo a buscarla.
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Casada con él príncipe.
Ficțiune adolescențiRompiendo con los clichés. •Entre cuentos de realeza #1•