Capítulo 39:

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Habían pasado dos meses. Dos meses en los que iba y venía al hospital. A veces dormía con Chace, a veces venía sólo después de clases. Hoy iría por la noche, me quedaría con él.

Le contaba cómo había estado mi día e incluso le contaba historias. Sus heridas ya había cicatrizado. Su cabello estaba un poco más largo pero estaba igual de pálido. No había mejorado ni un poco, sí él continuaba sin responder lo desconectarian. Todos intentabamos ser fuertes para él.

Mis padres se habían quedado conmigo, mi hermano Chris se había cambiado de escuela. Nicky había tenido que volver pero estaba bien para mí. Los padres de Chace iban y venían porque debían de cuidar de Lía, ella siempre estaba al pendiente de su hermano, me hacía videollamadas siempre y le contaba cuentos a Chace sobre princesas.
Jonathan también había días en que se quedaba con él. Ninguno lo dejaba sólo, la prensa siempre estaba como loca preguntando por él.

Había chismes de que yo tuve la culpa. Además Dan había encontrado al culpable, George, quién afirmaba que era mi culpa porque Chace quería verme y nadie podía detenerlo. Mintió diciendo que ambos estaban borrachos y un tipo se les metió en el camino. No tenía idea de cómo había podido salir ileso de ahí.

-Llegamos- escuché la voz de Matías en la sala provocando que volviera a la realidad.

-Hola, chicos, ¿cómo les fue?- dije cuando entraron Chris y Matías a la cocina con bolsas en sus manos.

-Bien, te trajimos lo que pediste para tú noche de películas con Chace- dijo Chris.

Sí, les pedí frituras y helado. Veríamos o más bien vería películas en Netflix con mi laptop.

-Oh gracias, chicos- me giré a verlos.

-Sabes que no es nada, pronto va a despertar y te reprochará haberle puesto esas películas tan cursis- habló Matías mientras se acercaba a mirar que cocinaba.

Yo sólo reí, en verdad ambos chicos me apoyaban en absolutamente todo. Parecía una loca llevándole esas cosas y hablarle como si él estuviera despierto. Pero sabía que podía escucharme.

-Saca tú dedo de ahí- miré amenazante a Matías.

Él levantó las manos en muestra de paz. Negué.

-Bueno, iremos a jugar videojuegos en lo que terminas- dijo Chris.

-Oh no, primero deben guardar lo que compraron- ellos bufaron.

Ellos acomodaron las cosas en la alacena mientras yo terminaba de cocinar. Después comimos, limpié todo y dejé que fueran a jugar.

Éstos últimos días había hablado con Matías, él cual me dijo que era mejor que por el momento sólo fuéramos amigos. Supongo que ambos estábamos sensibles e interpretamos eso como amor. Pero que él no se fuera de mi vida todo estaba bien.
Lo amaba pero ahora entendía que era como mejores amigos. Ese día lloramos juntos pero igualmente ambos aceptabamos lo que estaba pasando.

Llegó la noche, me despedí de mis padres, quiénes habían llegado dos horas después de comer, Chris iría a casa de Matías así que todos nos fuimos juntos. Últimamente ellos eran grandes amigos, casi inseparables.

Matías era quien me llevaría al hospital. Subimos los tres a su coche y en menos de 15 min. ya estábamos en el hospital.

-Gracias por traerme, los quiero mucho, tengan cuidado y cualquier cosa me avisan- le dí un beso en la mejilla a cada uno.

-Sí mamá, anda, que tú chico te espera- me guiñó un ojo Matías.

Reí y entré al hospital.

-Buenas noches, señorita Eleonor, ¿noche de películas, eh?- dijo Mandy, una de las enfermeras de Chace.

-Buenas noches Mandy, y claro, estoy segura de que pronto abrirá los ojos y me reprochará- ella rió y yo seguí mi camino.

Llegué a la habitación, una enfermera estaba ahí checando su pulso. Jonathan se encontraba recostado en el sofá

-Buenas noches, terminé, así que puedes pasar- dijo la doctora y salió antes de que me despidiera.

-Bien, hola, ¿cómo estás hoy?- como era de costumbre dí un beso en la cabeza de Chace.

Me acerqué a Jonathan y lo moví un poco.

-Ya llegué- dije cuando abrió los ojos, él me sonrió, me dió un beso en la mejilla y sin más se fue.

Sabía que estaba muy destrozado, su mirada siempre se encontraba triste.
Las cicatrices eran más notorias en esa área.
Siempre tenía la esperanza de que me respondiera, pero probablemente eso nunca pasaría.

-¿Te parece bien si miramos “yo antes de ti”?- saqué las cosas de mi mochila.

Me acerqué a él, acerqué un poco el sofá a su camilla y puse la laptop en una mesita donde ponían los papeles de Chace.

-Oh mira, nieve de oreo, no recuerdo cuál era tú favorita- lo miré.

Prendí la laptop y entré a netflix. Puse la película.
Después de diez minutos yo ya estaba echa un mar de lágrimas. Me sabía el final, pero aún así me encantaba verla.
Su final me atormentaba.

-Yo quisiera que alguien me regalara unas medias de abejita, son muy lindas- dije metiendo una gran cucharada de helado a mi boca.

Si Chace me mirara estuviera burlándose.

-De verdad su novio es bastante idiota- negué con la cabeza.

Le película iba por la mitad cuando escuché como Chace comenzaba ahogarse. Ni siquiera me moleste en mirarlo.
Salí corriendo de la habitación.

-Se está ahogando- grité corriendo por el pasillo y él doctor que salía de una habitación me miró.

Comenzó a correr al cuarto de Chace. Yo sólo lo seguía. Estaba muy asustada, ¿por qué siempre pasaba cuando yo me encontraba con él?.

-Oh mi Dios- su cara demostraba asombro cuando entró al cuarto de él.

Yo seguía sin entender que demonios pasaba, ¿esto era una señal de que él debía ser desconectado?.

•••
Maratón 3/4💖.

Casada con él príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora