Narra Chace:
Daba vueltas como loco dentro de mi habitación, mamá me había prohibido buscar a Eleonor, dijo que tenía que hacerme cargo de mis consecuencias y probablemente no llegaría a ser rey.
Me arrepentía de mis estúpidos errores, no podía controlarme nunca e incluso quizá no merezca gorbernar a todo un país. Tal vez mi primo sería el indicado para ello, pues Usher era un grandioso chico que amaba a su país, añoraba ser el rey.
Narra Eleonor:
Apenas habíamos salido de la oficina de la directora, había perdido una hora de clases, pues no encontraba mis horarios ni útiles.
Observé el papel, en el que tenía impreso mi horario, en la esquina de éste se encontraba el número de mi casillero, #119 para ser exactos. Según la directora, mi casillero estaba en la segunda planta.
-Cariño, debo irme, el trabajo me llama- dijo mi tío en forma de despedida y dejó un beso en la frente.
Antes de que subiera por las escaleras, la chicharra que indicaba cambio de clases sonó. Una avalancha de chicos venía como loco bajandolas, así que como era de esperarse me tiraron la suelo. Y por Dios, que dolió.
De un momento a otro todo se volvió negro.
- Hey, ¿estás bien?- escuché la voz de alguien.
- Hmm, sí... ¿Dónde estoy?- dije abriendo los ojos, obviamente los cerré al instante, pues la luz me cegó.
- Estás en la enfermería, caíste en las escaleras y te golpeaste la escalera, mi amigo Ulises y yo te trajimos aquí, ¿cómo te sientes?- habló rápido la chica morena con cabello rizado que tenía a mi lado.
-Oh, muchas gracias, estoy bien...- me quedé callada esperando a que me dijera su nombre.
- ¿Qué sucede?... Aaaaah cierto, mi nombre es Natalia, supongo que tú eres Eleonor, la nueva, vaya suerte que tienes- dijo riéndose.
-Un gusto Natalia, sí, supongo que los chismes corren muy rápido- dije rodando los ojos.
Los rumores corrían muy rápido así que esperaba que nadie me reconociera como “la ex-comprometida del principe”.
- La doctora dijo que cuando despertaras debías tomar ésta pastilla y después de un rato podías irte- me sonrió entregándome una pastilla y un vaso de agua.
Le dí las gracias y la tomé.
- Y buenooo... ¿de dónde vienes?- preguntó después de un rato en silencio.
- Vengo de Irlanda, quería un cambio de aires- dije antes de que preguntara el por qué había decidido vivir aquí.
- ¿De verdad?, dicen que ahí hay un príncipe, ¿es cierto?- preguntó emocionada.
Si tan sólo supiera....
- Sí, realmente no sé si haya un príncipe, ya que estuve muy poco tiempo y sinceramente esos temas no son de mi interés- hice un ademán.
Antes de que ella pudiera hablar la doctora entró con dos chicos. Ella y uno de los chicos sostenía a otro, parecía que estaba muy golpeado.
Vaya que la vida es un cliché, no era nada más, ni nada menos que él chico de lentes.
Ese era un buen apodo, aunque ahora no los llevaba puestos.
- Joder, Matías Samuels siempre está metido en problemas- habló Natalia.
Yo sólo reí y ella volvió hablar.
- Bueno, ¿te gustaría acompañarme a dar la vuelta? Para qué conozcas el cole, acabamos de salir a almorzar.
- Claro- dije poniéndome de pie.
Voltee y miré a Matías, su labio estaba roto y su nariz no paraba de sangrar, su mano derecha estaba sobre su hombro izquierdo. Vaya paliza.
Salimos hasta el patio, había un gran campo de Tourney, en el cual se encontraban varios chicos en la mitad de la cancha y en la otra mitad se encontraban chicas con su corto uniforme de porristas.
-Oh mira, hoy habrá entrenamiento de los chicos, ¿Quieres verlo?- preguntó Nat.
-Sí, vamos- respondí y caminamos hasta sentarnos en las gradas.
-Mira, aquel chico es Jonathan, el peor enemigo de Matías, claro está que siempre le ha robado a sus novias- señaló a un chico que se encontraba dándole instrucciones a los demás.
No miraba muy bien como era físicamente ya que se encontraba algo lejos, pero al menos pude notar su espalda ancha y piernas gruesas.
-Ella es nada más, ni nada menos que la perra de Jazmin, además de ser la capitana del equipo de porristas- a ella tampoco la miraba bien, pero su cabello era hasta sus hombros, color caoba, algo alta y su uniforme dejaba mucho a la vista.
Claro que las porristas usaban uniformes cortos, pero el de ella era demasiado exagerado.
Después de un rato, Natalia y yo hablábamos sobre lo que nos gustaba hacer y ese tipo de cosas, mientras mirábamos el entrenamiento.
Sus porristas sí que eran ruidosas, Jazmin me hacía recordar a la chica que salía en la película de “triunfos robados 3: todo o nada”, sí, la loca que se volvió capitana cuando la rubia se fue.Siempre me ha gustado la temática del baile pero mamá no me dejaba ir a esas escuelas de danza, no porque no tuviéramos recursos, si no por mí complexión, siempre fui la niña “llenita”.
Aunque mi sueño de ser bailarina aún está en pie, probablemente nunca pueda hacerlo si no tengo una dieta.
-Hola- interrumpió mis pensamientos una voz gruesa .
Giré mi rostro y no era nadie más, ni nadie menos que el grandioso “Matías Samuels” vaya.
-Hmm, hola- era raro que tuviera tantos encuentros con éste chico.
- Tú eres la chica nueva, ¿no?- yo sólo asentí.
-Bueno, soy Matías Samuels, estoy en el equipo de tourney, sólo que hoy tuve un pequeño percance.
-Yo soy Eleonor, obviamente la nueva- dije con obviedad.
-Lo sé, pregunté en enfermería, al igual que está mañana en el café- rió un poco.
Joder, ya no puedo recordaba eso.
- Cierto, ¿qué querías?, ¿burlarte de mí con tus amigos?- ya estaba molesta.
Antes de que contestara me bajé de las gradas, y entré de nuevo al colegio. Y gracias a Dios el timbre que avisaba la entrada a clases sonó.
Vaya que ahora sí me salvó la campana. Caminé a mi casillero para sacar los libros de la próxima clase.
-Heeey, ¿por qué me dejaste ahí?- me gritó Natalia, como si estuviera a kilómetros.
- Lo siento, lo siento, sólo que ya no quería estar ahí.
-Está bien, vamos, tenemos la misma clase.
Llegamos al aula, había pocos asientos vacíos, uno al lado de Samuels y el otro de Jonathan. Obviamente caminé con rapidez al que estaba al lado de Jonathan.
Estaba molesta con Samuels, era molesto e irritante pensar en que le gustaba reírse de mi con sus amigos.
Al llegar al asiento, Jonathan sólo me miró y quitó su mochila de ahí, para que yo tomara asiento.
Sinceramente creí que le daría asco o algo.El profesor aún no había llegado, lo cual provocó que el idiota de Samuels me estuviera tirando papeles para que volteara.
-Joder Matías, una más y te rompo la cara, deja de molestar a la chica- habló muy molesto Jonathan.
-No te metas Colleen, sólo quiero que ella voltee y entienda que no lo hice para burlarme de ella- dijo casi gritando.
- Está bien, Samuels, pero cállate, no me interesa- ahora le dije yo, obviamente muy molesta, jamás lo miré.
-Hola, chicos, por favor saquen su libro- entró el maestro. Le agradecía, ya que no quería escuchar de nuevo al tonto de Samuels.
♥♥
Holaaa, perdón por estar tan ausente:(.
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Casada con él príncipe.
Teen FictionRompiendo con los clichés. •Entre cuentos de realeza #1•