Capítulo 29:

1.8K 128 11
                                    

~Narra Eleonor~.

Decidí que llevaría a Matías a los bolos, pues sabía que sería divertidos para ambos, quería conocerlo un poco más y convivir con él.
Lo llamé para preguntarle si le gustaría ir.

...
Eleonor: ¿Matías?.

Matías: ¿Sí?, ¿pasó algo, Eleonor?.

Eleonor: Quería saber si te gustaría ir a los bolos hoy, como habíamos quedado.

Matías: ¿De verdaaad?, me encantaría.

Eleonor: Sii, te veo a las 5:30, adiós.

Matías: ¡Claro!, pasaré por ti.

...

Estaba muy nerviosa, no sabía si le gustaba mucho la idea. Le había pedido a Nat que me ayudara a esconder el lugar y me dijo donde se ubicaba.

Faltaban 2 horas para las 5:30 y debía alistarme sola, ya que Nat no podía venir porque tenía cosas que hacer.

Era hora de ser yo, algo cómodo, como un pantalón casi deportivo color café con una blusa holgada del mismo tono y no podían faltar mis conver's negros.
Peine mi cabello, bajé a comer.

Preparé pasta. Estando sola en la cocina recordaba siempre a mi familia, mamá muchas veces no contestaba mis llamadas, papá siempre estaba trabajando, Chris, mi hermanito, ya no llamaba. Nicky y Max eran los únicos que se preocupaban por mí, preguntando siempre cómo estaba, qué tal me había ido.
Nicky decía que Chace últimamente jugaba mal, no podía concentrarse ni siquiera en los partidos. Pero aún así, seguía detrás de las chicas, ese idiota jamás cambiaría.

Pero aún me preguntaba que demonios haría cuando se tuviese que casar, ¿cedería él trono?. Me preocupaba constantemente, sus padres eran quiénes ayudaban a mis padres, ¿y si él próximo rey no quería ayudarlos más?.
Muchas ideas vagaban lo mi mente, hasta que me dio un terrible olor a quemado. ¡Joder, la pasta!.

-Mierda, Eleonor, ¿cómo no pudiste concentrarte en eso?- me reprimía una y otra vez.

Me seguía regañando mentalmente hasta que él timbre comenzó a sonar, no paraba de sonar.

-Ya voy, joder, ¿qué se le ofrece?- estaba molesta por haber quemado mi comida.

¿Quién no se pone de mal humor cuando no come?.

-Lo siento, ¿llegué en mal momento?- preguntó un Matías muy preocupado del otros lado de la puerta.

-Yo.. Lo siento, de verdad, no comer me estresa y se me acaba de quemar la comida, perdoname lo hablarte así- estaba muy avergonzada, hablaba muy rápido.

-Hey, tranquila, iremos a comer antes de ir a los bolos, son las 4:30, aún tenemos tiempo, sabes que siempre llego temprano a recogerte- rió y le abrazó.

Su aroma llegó a mis fosas nasales, olía tan rico. Vaya que no me quería separar, quería congelar ese momento y revivirlo una y mil veces más.

-Lo siento, en verdad, podemos comer aquí, puedo cocinar algo- intentaba arreglar las cosas, me frustraba demasiado rápido.

-¿Qué prefieres tú?- dijo y se separó de mí.

¡Oh, vamos! No te alejes.

-Pues puedo cocinar cualquier cosa que gustes- era la verdad, no era tan buena pero sabía hacerlo.

-¿Hot cakes?- alzó una ceja.

-¿A ésta hora?, de acuerdo, tengo nutella, miel, chocolate, lo que gustes ponerle- dije caminando a la cocina.
Él iba detrás de mí.

Casada con él príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora