Capítulo 30:

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-¿Qué demonios quieres, Chace?, ¿echarme en cara que aún te acuestas con miles de chicas?-estaba muy alterada, había caminado hasta donde se encontraba él con Matías pisándome los talones.

-Tranquila, sólo vengo por ti, cariño, vamos a casa- quiso abrazarme.

-Hey, dejala, debes alejarte de ella, ¿no puedes entender que no te quiere cerca?- Matías se puso delante de mí.

-Tú no te metas, ni siquiera tienes nada que ver- quiso empujarlo.

La gente comenzaba a mirarnos, así que jale a los chicos al auto de Matías, ninguno hablaba. Nos subimos y le dije a Matías que fuera a mi casa.

Durante el camino sólo era un silencio incómodo, hasta que llegamos a mi casa. Entramos y entonces si, antes de que yo dijera algo, Matías habló.

-Mira, no me interesa como llegaste aquí, pero lo que sé es que eres un maldito imbécil, ¡Deja de tratar a Eleonor como si fuera un juguete!, no puedo creer que vayas a ser el rey, no te lo mereces, a una mujer como Eleonor sólo debes amarla, es una chica increíble, maravillosa y definitivamente no te merece- éste chico va a terminar matandome de amor.

-Sé que es una chica increíble, es perfecta y por eso vengo por ella, será mi esposa- ambos se miraban retantes así que me tuve que meter.

-Mira, Chace, no soy tuya, no me quiero ir, no me casaré contigo, estoy harta de que todo el maldito tengas que meterte cuando todo está perfecto, soy feliz con Matías, así que debes irte, alejate y no vuelvas, no me interesa saber de ti, tú nunca cambiaras, ojalá pudieras hacerlo y te enamoraras de verdad- le abrí la puerta de la entrada y sin más se marchó.

Entonces supe que era libre y lloré, Matías jamás se fue, me abrazó y consoló todo lo necesario. Me repetía una y mil veces que yo era grandiosa, que no debería de estar así por culpa de un chico tonto.

Me quedé dormida en sus brazos, sin saber más.

~Narra Matías ~.

¿Cómo rayos había personas tan malas en el mundo?. Ella era tan dulce, no merecía que nadie le partiera el corazón.
Estaba en mis brazos, dormida, precia un ángel, era increíblemente preciosa. Nos encontrábamos recostados en el sillón de la sala.

Tomé un cojín y recosté su cabeza en el, me quité despacio y ella seguía sin despertar. Decidí que le prepararía algo, pues había leído que cuando las chicas se sienten mal, comen nieve, miran películas.

Sabía que la nieve de oreo y la nutella le encantaba así que decidí ir en busca de nieve al supermercado más cercano.
Tardé unos 15 minutos en ir y venir, al llegar ella seguía dormida. Compré todo lo necesario y me puse hacer crepas de nutella con nieve de oreo encima.

Al terminar todo, ella se estaba despertando, así que decidí poner las cosas delante de ella frente a uns mesilla. Me miró sonriendo, tan angelical como siempre, daba luz en mi vida, su sonrisa siempre era tan brillante, sus ojos tan hermosos con esos destellos que los hacían especiales.

-Ten, creí que con esto te sentirías mejor- me abrazó y me dio las gracias con un beso en la mejilla.

-¿Quieres ver una película?- le pregunté, pues ahí se encontraba una tv de pantalla plana.

-Sii, la Cenicienta- dijo con emoción mientras comía.

Y así pasamos lo que quedaba de la noche, abrazados, comiendo crepas, viendo Cenicienta. Todo era tan perfecto, aunque siempre era así cuando estaba con ella.

~Narra Chace~.

Verlos juntos me tenía muy mal, no podía creer que alguien me hubiese alejado de mi Eleonor pero sabía que tenía razón.
Nunca supe como valorar a Eleonor, nunca supe como admirarla, algo dentro de mi estaba hecho mierda, sin poder creer que ella estuviera feliz con alguien más.

Y es que juntos se veían bien, era lo que más me jodía, me negaba a ello. Estaba harto de todo, sólo quería vivir como un chico normal, sin presiones, sin camarógrafos por todos lados, salir con mis amigos sin que ellos estuviesen insultando a otros por no tener la misma “clase social”. Sólo quería llegar a casa y recostarme, que mamá me hiciera sentir mejor, anhelaba poder tener paz y pensar que hacer con mi vida.

~Narra Eleonor~.

Algo dentro de mí sentía mucha culpa, pero estaba totalmente conciente que era algo que me haría sentir mejor.

Además le serviría a Chace para organizar su vida, en serio esperaba que él se enamorara de alguien especial, porque a pesar de todo era muy buen chico, sólo no sabía como controlar tanta presión.

-Buenos días, preciosa- interrumpió mis pensamientos un Matías con desayuno en sus manos.

-Oh gracias, no tenías porque hacerlo- sonreí.

Me dio un beso en la frente y se marchó diciendo que debía cambiarse para ir a clases, pasaría por mi cuando de fuera.

Anoche él de verdad me apoyó mucho, me hizo sentir muy bien y aunque nos desvelamos demasiado, debíamos ir a clases. Mis ojeras eran muy notables pero no importaba porque estaba feliz.

Nunca me habían tratado como si fuese una princesa, me sentía bien con él, me trataba de una forma tan linda, no podía creer que un chico como él estuviese a mi lado. Siempre me hacía sentir mejor con sus palabras, sus abrazos eran los mejores.
Por fin tenía a mi príncipe azul.

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Sé que es muy corto pero intenté actualizar lo más pronto posible❤. Espero que les guste💖.

Casada con él príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora