Capítulo 4 - Ahora somos Vengadores

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Para Elia, la simple mención de Wakanda le parecía algo extraordinario. Era un país que había permanecido en la ignorancia durante muchísimos años, siglos, pero hacía poco se habían abierto por fin al mundo, mostrando todo lo que eran capaces de hacer. Elia recordaba que Tony y ella habían visto las noticias ese día, quedando impresionados cuando el rey de Wakanda, T'challa, había mostrado todo lo que había oculto en su país. Desde entonces, Elia había querido ir.

-Elia -la llamó Pepper. Su madrastra acababa de entrar en la sala, o, al menos, eso parecía-, ven conmigo.

-¿Qué ocurre?

-Nos vamos a casa de mis padres, allí estaremos seguras.

-No -negó Elia, no pensaba ocultarse y esperar que todo pasase-, yo no voy.

-Pero es peligroso -insistió Pepper, alzando levemente la voz.

-Quiero ir a Wakanda.

-¡Eso sí que no! -exclamó-. Vuestro plan no es apto para una chica de dieciséis años.

-Pepper -intercedió Nat-, necesitamos toda la ayuda posible.

-Dijiste que no ibas a volver a tocar una armadura -le recordó, ignorando por completo a Natasha.

-Esto es un caso excepcional -se quejó Elia-. Además, con mi armadura no me pongo en peligro.

-Exactamente -continuó Nat, a pesar de que sus palabras parecían ser omitidas-, Elia ha demostrado ser muy buena y es capaz de controlarla a distancia, no estaría directamente en batalla.

-¿Y qué le digo a Tony si no vuelves?

-Si no hacemos esto, tal vez no vuelva.

Pepper apartó la mirada, dolida, y Elia se arrepintió automáticamente de haber dicho eso.

-No quiero oír ninguna queja más -advirtió Pepper-, tienes dos horas -y se marchó.

Elia se dejó caer en el sofá, procurando contenerse. Si se iba con Pepper iba a ser completamente inútil y no quería eso, no cuando el destino del universo corría peligro y ella podía ayudar a solucionarlo.

-Elia -la llamó el Capitán América, sentándose a su lado-, tal vez es mejor que la hagas caso -Elia alzó la vista y le miró, enfadada. Él no podía pedirla que hiciera eso-. Aún eres muy pequeña -explicó y Elia resopló, cansada. Durante ese día todos la estaban tratando como si fuera una niña- y esto quizás sea la misión más difícil que he tenido en toda mi vida. Necesitamos gente, sí, pero gente que tenga claro en dónde se está metiendo, que tenga experiencia en estas cosas, y...

-Tengo experiencia -repuso Elia-, y no corro tanto peligro -añadió-. Ya se lo he dicho a Pepper, mi armadura va a distancia.

-¿Experiencia?

-Steve -dijo Natasha-, ella es el Guardián.

-¿El mismo que derrotó al Duende Verde? -Falcon la miraba con curiosidad, incapaz de creerse que esa chiquilla hubiera sido capaz de derrotar a ese villano.

-Spiderman me ayudó también -dijo, aunque quizás no era el momento de quitarse méritos, pero también quería que reconocieran a Peter.

-¿Ese es el chico que está con Tony? -preguntó Bruce.

-Sí -afirmó Elia-, y si él está luchando, yo también tengo derecho a hacerlo. Yo controlo la armadura desde un mando, no necesito estar dentro para hacer que se active y derrotar a todos. Podría estar segura, desde cualquier punto de Wakanda, y que la armadura esté luchando.

La cara del Capitán había cambiado según la chica hablaba, impresionado de que, a su corta edad, sí tuviera la experiencia que buscaban.

-Además -añadió Nat-, es hija de Stark, la chica es una genio y podría ayudar a separar la gema de Visión.

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora