Capítulo 33 - Una parte del viaje es el final

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¡¡¡¡Último capítulo!!!!

-Reconocimiento de constantes vitales -pidió Elia a su traje. La orden fu captada y automáticamente se emitió un escaner de Tony-. Pulso lento -murmuró, comprobando las cosas desde la pantalla interna de su casco-. ¿Qué es esto? -inquirió al ver la afectación del brazo de su padre. Rápidamente, Elia desmontó la armadura, dejando el brazo al descubierto y analizándolo directamente-. Es una infección -concluyó, poniéndose en pie de nuevo y saliendo de la armadura. Desde fuera comenzó a indagar en su traje, extrayendo una zona del pecho y modificándola hasta que hizo con ella una especie de hombrera, la cual le colocó a su padre.

-No lo intentes -pronunció él, pero Elia no se dio por vencida.

-¿Qué haces? -preguntó Pepper tras ella.

-Es una infección -explicó-. Si puedo detenerla, puedo salvarle. 

-No me des esperanzas.

-Las hay -repuso-, pero necesito trabajar -pidió-. Ayudad a los heridos y traed a Shuri hasta aquí.

Ellos obedecieron y ella siguió, tratando de detener la infección. Pidió un nuevo reconocimiento de constantes vitales y, aunque los datos no eran buenos, se mantenían. Si conseguía retener la infección podrían salvarle.

-Elia, soy el doctor Stephen Strange -se presentó el hombre, llegando junto a ella.

-Usted es el de los portales, ¿verdad? -preguntó ella, a lo que el hombre asintió-. Bien, necesito ir a Wakanda y que traigan a Shuri.

-¡Aquí estoy! -gritó entonces la muchacha, llegando a toda velocidad.

-Hay que llevarle al laboratorio, allí puedo salvarle -explicó y el doctor Strange abrió uno de sus portales.

Con más magia, el doctor alzó a Tony y, mientras Elia le monitorizaba, lo llevó con cuidado hasta la sala. 

-Ponlo ahí -indicó Elia, señalando una de las máquinas que había creado.

Él no dudo y puso a Tony sobre la camilla mientras Elia empezaba a activar la máquina. Rápidamente en la pantalla comenzó a ver un escaner mucho más detallado, entendiendo la gravedad de la situación. Las constantes se habían estabilizado, había conseguido retener momentáneamente la infección, pero eso no tenía buena pinta. El avance había sido enorme, en tan solo unos segundos Tony ya tenía el brazo cangrenado y, aunque consiguiera salvarle la vida, nunca recuperaría la movilidad. Por suerte, era él y Elia podría ser sus brazos hasta que construyese un exoesqueleto como había hecho con Rhodey. 

Pero primero tenía que sobrevivir.

Elia rebuscó por su mesa de trabajo, volviendo con el cuaderno de notas de su madre, asegurándose de encontrar las fórmulas correctas. Una vez las encontró las introdujo en la máquina, la cual se cerró de forma hermética.

-¿Esto es una máquina de criogenización? -preguntó Shuri, entusiasmada.

-Mi madre trabajaba en diversos proyectos y una de sus ideas era esta -explicó-. Sé que será duro, pero tenemos que evitar que la enfermedad avance y esta es la única forma.

-Me gusta mucho lo que has hecho aquí -concedió Shuri-. Te ayudaré en todo lo que pueda.

-¿Y usted? -quiso saber Elia, mirando al doctor Strange-. Sé que su magia podría ser de gran ayuda.

-Como guardián del templo hay ciertos límites, y uno de ellos es abandonar mi templo -se justificó-, pero podrás venir siempre que quieras, estaré encantado de enseñarte.

-Toda ayuda es poca -asintió Elia, agradecida-. De momento hay que trabajar con lo que tenemos, así que vamos a extraer muestras.

La chica se acercó a la máquina y tecleó mas códigos, momento en el que una trampilla con guantes apareció en uno de los laterales. Elia introdujo las manos y desde dentro tomó algunas de las herramientas. Allí tomó una sección de tejido infectado y la colocó en una placa, la cual selló y salió por otro compartimento. La chica la cogió y la llevó a su microscopio, estudiando la muestra.

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora