Capítulo 13 - El jardín

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Tras permanecer un rato más junto a Pepper y su padre, Elia decidió que era momento de marcharse. No es que no quisiera estar con ellos, pero la situación le estaba empezando a recordar a la enfermedad de su madre y no le apetecía nada pensar en eso. Tess había pasado poco tiempo en el hospital, sí, pero había tenido sus recaídas. Además, los médicos estaban bastante sorprendidos con su caso, con lo que las revisiones solían alargarse y su madre debía hacer noche en el hospital. Para Elia, eran noches difíciles, especialmente porque su madre parecía consumirse más ahí dentro. Por eso mismo, ella nunca se había opuesto cuando pedía regresar a casa, alegando que no tenía dinero suficiente para seguir manteniendo todo eso, cosa que tampoco era mentira. La economía de las Krane no era muy buena y estar en el hospital no solo implicaba afrontar los gastos de la cama, sino también perder parte del sueldo de su madre.

Siguiendo las voces de todos llegó a la sala, donde Rocket y Nébula trataban de explicar algo a los demás. En ese momento, era esta última la que hablaba, rememorando parte de su vida. Por lo que escuchaba, Thanos había sido un padre cruel para ella, tratando de sustituir su cuerpo por piezas robóticas, perfeccionándola. Elia se preguntó cuanto dolor había significado eso para Nébula. Sin embargo, Thanos no estaba callado mientras lo hacía, y eso les venía bien. 

-Por eso mismo creemos que Thanos está aquí -intervino Rocket, mostrando las coordenadas de un planeta. 

Su justificación era lógica, pero el plan no estaba del todo claro, con lo que no tardaron en ponerse a discutir. No obstante, la idea de base era buena, muy buena: coger las gemas y revertir su efecto. Si conseguían eso, todos regresarían, habrían vencido, y nadie tendría que lidiar con el peso del fracaso, no habría traumas que superar y su padre dejaría de hacer estupideces. 

Podría ver a Peter.

-Contad conmigo -dijo, sintiendo como ocho pares de ojos se clavaban en ella y el silencio inundaba la sala. 

-Elia...

-No, Nat -Elia no la dejó continuar-. Quiero hacerlo. 

-Elia, vale -dijo el Capitán, llegando junto a ella y tomándola por los hombros para calmar su reacción-. Sé que quieres arreglar esto, pero no pienso dejar que lo hagas.

-Quiero hacerlo -repitió ella.

-No.

-¿Por qué?

-Porque eres una cría de humano y Thanos te aplastaría -gruñó Rocket.

-Has visto mis armas -le reprochó Elia, enfadada, buscando inclinar la balanza a su favor.

-Sí, y estoy esperando los encargos que te hice -le recordó él-, pero no has arreglado tu armadura y sin ella no vas a ninguna parte.

-Puedo arreglarla a tiempo -repuso, esperanzada.

-No, ni de broma -continuó Steve-. Para conseguirlo tendrías que estar despierta toda la noche y no estarías bien para la misión.

-Pero...

-Además, ni siquiera sé porqué estamos planteando esta posibilidad -Steve no la dejó hablar-. Todos estamos de acuerdo en que no vas a venir, así que no hay más discusión.

Elia apretó la mandíbula con fuerza, buscando controlar su enfado para no montar un espectáculo a la vez que pensaba en una manera de convencerles. Sin embargo, sabía que era imposible hacerles cambiar de parecer, era el espacio, ¡el jodido espacio! Y estaba sin armadura, ¿cómo iba a conseguir enfrentarse al hombre que le restregó un planeta en la cara a su padre? Era una locura, pero quería hacerlo, debía hacerlo, no podía permitir que las cosas se quedasen como estaban, quería a todos de vuelta, quería a Peter de vuelta.

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora