Capítulo 12 - Juntos de nuevo

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En cuanto acabaron con el casco, Elia se lo llevó a Pepper. Su madrastra se merecía ver ese vídeo más que ninguna otra persona, estaba sufriendo mucho con toda esta situación y, cuando Elia llegó informando que tenía un mensaje de Tony, no dudó en pedirle que lo pusiera. 

Habían pasado las horas y ambas continuaban en la misma habitación, viendo el mensaje en bucle. Al igual que Elia, Pepper había llorado al verlo, pero ahora eran capaces de no derramar más lágrimas, lo que les permitía fijarse en una gran cantidad de detalles, como la extrema delgadez de Tony. La emoción le había hecho omitir parte de eso, pero su padre ahora mismo era un esqueleto andante. En el mensaje no decía cuando se había agotado la comida, pero quizás apenas les había durado unos días, aunque tampoco tenía claro quiénes estaban con él. Hablaba de una harpía azul, pero eso era todo, no mencionaba en ningún momento a Peter ni a otra persona, solo a ella. ¿Dónde estaba Peter? ¿Estaría aún...? No, aún no quería aceptar eso.

-Y, cuando me quede dormido, soñaré con vosotras, siempre con vosotras.

El mensaje finalizó de nuevo y Pepper se acercó a la mesa para reproducirlo otra vez, presa de la costumbre.

-¡Ey! -Rhodey había llegado corriendo junto a ellas, haciendo que Pepper dejase el casco-. Carol ha entrado de nuevo en la atmósfera y trae una nave.

Ambas mujeres intercambiaron una rápida mirada y salieron corriendo de la habitación, atravesando toda la casa y llegando así al jardín. El cielo estaba despejado, tan solo había un par de estrellas brillantes, pero ni rastro de la nave. Ansiosa, Elia escudriñó todo el firmamento, buscando cualquier indicio de Carol.

-Mira eso.

Elia hizo caso a Pepper, fijándose en el punto que señalaba. Poco a poco, una de las estrellas se acercaba y se volvía más grande, dejando ver así que no era una estrella, sino una nave. El corazón de Elia dio un vuelco cuando la nave giró la esquina y apareció tras la casa, sostenida por Carol, momento en el que Pepper estrechó su mano con fuerza. Detrás, Nat y los demás llegaron corriendo.

Carol depositó la nave en el suelo y la compuerta no tardó en abrirse. Sin embargo, su padre no salía, y, de no ser porque Pepper la mantenía agarrada mientras trataba de contener sus nervios, ya habría corrido para sacarle de ahí. No obstante, no pudo pensar mucho más, pues dos personas comenzaron a salir de la nave. Caminaban con dificultad, pero no tardaron en ver a Tony apoyado en una mujer azul. ¿Esa era la harpía de la que hablaba? Pepper soltó la mano de Elia y comenzó a llorar, emocionada. La muchacha se quedó junto a ella, su madrastra estaba demasiado nerviosa, y, por más que le hubiese gustado ayudar a su padre a bajar de esa nave, también tenía que ayudarla a ella. Por suerte, Steve corrió junto a Tony, facilitando un poco el descenso, pero ambos se detuvieron. De lejos, Elia pudo ver cómo intercambiaban un par de palabras, angustiosas por lo que pudo leer en el rostro de su padre, pero completamente incapaz de oírlas. Entonces, Pepper reaccionó y corrió junto a Tony, acto que Elia imitó sin dudar. En cuanto su padre las vio, no dudó en abrazarlas todo lo fuerte que pudo. 

-Dios mío, Dios mío -sollozó Pepper, incapaz de creerse que eso era real.

-Papá -murmuró Elia, dándole un beso en la mejilla que fue correspondido.

El abrazo terminó y Tony las observó con una sonrisa extraña, cargada de tristeza. Sin embargo, sus ojos se quedaron clavados en Elia, momento en el que ella supo lo que había pasado. Aun así, Tony necesitó decírselo.

-He perdido a Peter.

Entre lágrimas, Elia asintió, notando como Pepper pasaba la mano por su espalda, reconfortándola. Un par de manos más se unieron, sujetándola en caso de que hiciese falta.

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora