Capítulo 19 - Los gustos de los hombres

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Un suave zarandeo despertó a Elia, haciendo que la chica se topase de frente con Natasha.

-¿Qué pasa? -preguntó somnolienta.

-Quiero entrenar contigo, así que te quiero lista en 5 minutos.

-¿Puedo desayunar al menos? -en su voz se notaba el pánico.

-5 minutos -repitió.

Elia se destapó y saltó de la cama, corriendo hacia el baño y desvistiéndose por el camino. Después fue a su vestidor, de donde sacó ropa de deporte y se cambió a una velocidad increíble. Al salir, Nat ya se había marchado, así que Elia bajó a toda prisa a la cocina, esperando poder coger al menos una barrita energética que comer de camino, pero se topó con la espía sentada a la mesa, donde se encontraba un amplio desayuno.

-¿No íbamos a entrenar?

-Y así es.

-Pero...

-Te he metido tanta prisa porque esto se te iba a enfriar -explicó-, además, hoy nuestro entrenamiento será diferente -Elia frunció el ceño, extrañada-. Siéntate, por favor.

Elia hizo caso sin dejar de mirarla, aún sin entender nada.

-¿Puedo comer al menos?

Nat soltó una risilla musical algo extraña en ella.

-Por supuesto -la sonrisa rara no se le borraba de la cara.

-¿Qué le pasa a la comida? -no se fiaba de nada.

-Absolutamente nada -aseguró y Elia probó un bocado con miedo. Tenía que reconocer que al menos estaba deliciosa-. Bien, ¿te has fijado en lo que he hecho?

Elia la miró, dudando qué responder a eso.

-¿Comportarte de forma extraña? Parecías una de esas chicas estúpidas de instituto con esa risa -confesó.

-Bien, lo has entendido -asintió Nat. Elia continuó comiendo, al menos la comida no necesitaba comprensión-. Hoy tu entrenamiento va a ser algo diferente.

-¿A qué te refieres?

-A ver, voy a aclarar que no te enseñaría esto a no ser que creyese que te vaya a venir bien, pero eres muy joven y espero que no tengas que recurrir a estas técnicas.

-Me estás asustando -dijo, apartando la comida un poco. Se le había quitado el hambre con esa conversación.

Nat suspiró.

-Verás, Elia, los hombres, especialmente cuando ven a una mujer hermosa, tienden a alardear de las cosas que hacen y se les escapan bastantes cosas, así que vas a tener que aprender el sutil arte de adular mientras sacas información.

-¿Me vas a enseñar a coquetear a lo ruso?

-A lo Habitación Roja concretamente.

Elia enterró su cabeza entre sus manos, tratando de asimilar la situación.

-Eres consciente de que toda mi interacción romántica con hombres se reduce a Peter, ¿verdad?

-Lo sé -asintió ella, soltando un suspiro-, así que tenemos mucho trabajo que hacer.

-Soy horrible con esto -repitió-. Además, ¿cómo voy a sacar información así? O sea, con Vicky lo intenté cuando me chantajeaba, pero el idiota no me sirvió de nada. Era un chico que descubrió que yo era El Guardián y trató de hacer que tuviera citas con él para que me enamorase, pero resultó ser sobrino de un hombre que fastidió a mi madre, así que traté de averiguar cosas sobre su tío aprovechando la situación -explicó al ver la cara de Nat.

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora