Capítulo 23 - Esto es surrealista

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El plan había quedado claro y una vez todos llenaron sus estómagos se pusieron manos a la obra. No obstante, las cosas parecían más sencillas sobre el papel, sabían que no iba a ser fácil infiltrarse en el laboratorio de Fisk por muchos superpoderes que tuviesen, con lo que necesitaban idear un plan mejor. Elia había solicitado un ordenador, así podría tratar de colarse en la red de Fisk y encontrar los planos para facilitar el movimiento por la empresa, con lo que habían ido hacia casa de Miles. Para evitar que la chica fuese un retraso, Peter la había cargado a la espalda y, aunque no era lo mismo, Elia no había podido evitar pensar en la primera vez que conoció a Spiderman, cuando la salvó de aquel incidente en la gala de Oscorp. Sabía que no era el momento, tenía que centrarse en hacer que todos volvieran a la normalidad, así que evitó darle más vueltas. Por suerte para ella, no tardaron mucho más en llegar a la casa de Miles y desde el ordenador del chico, consiguió sortear la seguridad y descargar los planos.

-Impresionante -la había alabado Peter.

-Bien -asintió ella-, ahora tenemos que ir para allá. Ir balanceándonos entre los edificios creo que no es buena idea, llamaríamos demasiado la atención.

-Por no mencionar que el laboratorio está en mitad del bosque -añadió Peter.

-¡Qué perspicaz! -se burló-. ¿Alguna idea, Miles?

-Creo que hay un autobús que nos puede dejar cerca -propuso.

-¿Autobús? -se quejó Peter.

-¿Acaso sabes conducir?

-Pues sí.

Elia dudó un instante, pero su idea le gustaba más que el autobús.

-Bien, bajemos a la calle.

Los tres se pusieron en pie y, ella agarrada a Spiderman, llegaron a la calle. Elia les hizo una señal para que la siguieran y, tras un par de minutos, la muchacha dio con un solitario coche en un callejón. Dio una rápida ojeada a su alrededor, encontrándose con un par de tuberías metálicas tiradas en un contenedor. 

-¿Qué vas a hacer? -Peter preguntó asustado mientras la veía coger uno de esos trozos metálicos-. No, no, no, no...

Elia golpeó la ventana del coche un par de veces con fuerza, rompiéndola en varios trozos, hasta que fue capaz de abrir el seguro y meterse dentro, no sin antes quitar los cristales del asiento. Nunca había hecho el puente a un coche, pero entendía de cableado y sabía más o menos por dónde debían ir, así que se preparó para quitar parte de las placas y, cuando consiguió ver los cables, comenzó a tantear con ellos hasta que dio con los dos correctos. Los peló con las llaves, esperando tener suerte, y empezó a frotarlos hasta que el ruido del motor se empezó a oír.

-Ahí tienes tu coche -dijo, abriendo la puerta y cambiándose desde dentro al asiento del copiloto, abriendole a Miles una de las puertas traseras.

-Guay -sonrió Peter, montándose.

Una vez los tres estuvieron listos emprendieron la marcha hacia el laboratorio. Lo cierto era que, con dos hombres vestidos de Spiderman, llamaban menos la atención en un coche robado que en un autobús, con lo que el plan les había venido mejor en todos los sentidos, además de que era menos desesperante el poder moverse a velocidad normal y no depender del conductor que les tocase ni de las paradas del autobús. Otra ventaja añadida era que podían repasar el plan sin necesidad de mantener la voz baja, aunque tuvieran que tener cuidado por la ventanilla rota. Sí, había un par de inconvenientes, pero eran mínimos y parecía que, si seguían teniendo esa suerte, todos volverían a su casa esa misma noche.

-Bien, tu esperas aquí -indicó Peter, a lo que Elia asintió. En otra circunstancia no se habría dejado convencer tan fácilmente, pero ahí no tenía su traje y ya había hecho todo cuanto estaba en su mano para ayudar en el plan. Además, alguien debía vigilar el camino y tener lista la huída. 

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora