Durante esa semana, Elia se sentía estancada. Se había reunido con el señor Fisk en un par de ocasiones y no había habido ningún avance, todo se limitaba al trato comercial, aunque había intuido que ocurría algo más. De vez en cuando, la conversación dejaba entrever que Fisk tenía más planes y Elia, aprovechando la situación, trataba de preguntar más, buscando ofrecer ayuda desde su puesto en Industrias Stark, pero Fisk sabía controlar todo para volver a centrar el tema en lo importante, dejando a Elia completamente frustrada. No obstante, ese pequeño destello de información ya suponía algo, con lo que el resto del grupo le había dado las gracias por ello. Era como una palmadita en la espalda, pero al menos sentía que algo había hecho a pesar de su pésimo avance.
Elia guardó la ropa de cambio en su maletín y se propuso no pensar en Fisk por unas horas, al menos no era lo que tocaba.
-¿Estás segura de esto? -preguntó Nat por vigésima vez.
-Supongo que sí, al igual que las otras veinte veces -suspiró.
-¿Tienes claro cómo te enfrentarás a las preguntas? No puedes revelar que eres el Guardián.
-Todo eso si Viktor no ha dicho nada -repuso Elia.
-Eso no lo sabemos -murmuró Nat-, pero no has respondido a mi pregunta.
En realidad, Elia la llevaba contestando desde que le había dicho que había escrito al señor Harrington para aceptar dar esa charla en el instituto.
-Nat, por favor, mis compañeros no son espías adiestrados, para ya.
-Vale, de acuerdo, no diré nada más -Natasha levantó las manos en señal de rendición-. Suerte.
-Gracias -se despidió Elia antes de salir.
Happy la estaba esperando, como siempre que salía de la mansión, y la llevó hasta el instituto, todo el camino parloteando acerca de lo orgulloso que estaba de ella por dar ese paso.
-Estoy muy feliz de que quieras hacer esto -sonrió él, entrando también en el instituto. Aunque Elia había insistido en que no hacía falta, Happy quería oír la charla.
Elia respiró hondo, tratando de calmarse. El instituto estaba completamente vacío, era una imagen extraña acostumbrada a ver los pasillos llenos de vida, pero notaba el corazón oprimirse en su pecho. Ahora los alumnos estaban en clase, era normal que estuvieran en ese estado desolador, pero no quería ver cómo serían las cosas cuando saliesen. Ya sentía como esos pasillos se le echaban encima, recordándole que no había podido salvar a sus amigos.
-Vayámos al salón de actos, el señor Harrington está allí.
Happy se dejó guiar por los pasos apresurados de Elia y, una vez llegaron al lugar acordado, el profesor fue a recibirles.
-Tan puntual como siempre, señorita Stark -saludó-. Buenas, soy el señor Harrington -se presentó ante Happy.
-Harold Hogan -contestó él, analizándole de arriba abajo.
-Es un placer -respondió, con su nerviosismo característico-. Bien, sobre el escenario tienes tu atril ya listo. He conectado los micros para que todo el mundo te oiga sin problemas .
-Gracias -asintió Elia, subiendo hacia el escenario. Seguía nerviosa, pero era una situación controlable.
-Yo iré a sentarme por aquí -anunció Happy-. Mucho ánimo.
-Gracias -repitió Elia.
La muchacha se situó frente al atril y dejó sobre este los papeles que había traído, con todo un discurso preparado para evitar dar información de más o quedarse con la mente en blanco. Entonces, la campana que anunciaba el final de la clase sonó y, a los pocos minutos, comenzaron a llegar los alumnos. Como era de esperarse, el auditorio no se llenó, pero Elia prefirió no ser masoquista y dejó de prestar atención a las personas que estaban. Ya sabía que sus mejores amigos no estaban allí, no necesitaba comprobar quién más faltaba.
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El Guardián no olvida [Peter Parker]
FanfictionLa vida de Elia parece estable o, al menos, todo lo estable posible teniendo en cuenta que Iron Man es su padre y Spiderman su novio. Sin embargo, eso no durará mucho; nuevas amenazas se ciernen sobre el mundo, todas actuando en nombre de la misma p...