Capítulo 6 - Traedle a este hombre un escudo

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-Hay que destruir la gema -insistió Visión-, no hay tiempo.

-Túmbate -le aconsejó Viuda al ver que se había levantado.

Elia corrió junto a él, asegurándose de que este obedecía. Entendía perfectamente cómo se sentía, todos se iban a la batalla y él tenía que permanecer tumbado, encerrado en un laboratorio. Saber que tienes la capacidad de hacer algo, pero no te lo permiten, es frustrante; ella mismo lo había experimentado cuando Tony la había castigado y no podía decir nada acerca de lo que sabía del Duende Verde. Sin embargo, esto era diferente, era algo que podía hacer que todos se salvasen, no era igual que permanecer encerrada en una habitación sin comunicación.

-Evacuad la ciudad -comenzó a decir el rey, organizando las tropas-, activad todas las defensas -continuó-, y traedle a este hombre un escudo.

Rápidamente, el laboratorio quedó vacío, ocupado tan solo por Shuri, Elia, Visión y Wanda, quien se había quedado para asegurar la protección del lugar.

-Poneos esto -dijo Shuri a Wanda y a Elia, mostrándoles unos auriculares-, nos mantendrán informadas de lo que está pasando en el campo de batalla.

-¿Y para mí? -Visión se quejó desde la camilla.

-Sin distracciones -respondió Shuri, cortante-. Bien, comencemos -continuó, centrándose-. Elia -la nombrada se acercó-, en este ordenador se verán también las conexiones que unen a la gema con Visión -explicó- y se actualizará según yo vaya trabajando -cuando Shuri le cedió el asiento a Elia en la pantalla se veía una compleja red neuronal-. Realiza un primer análisis rápido para indicarme por dónde comenzar mientras preparo el equipo.

Elia se sentó y cogió la goma que llevaba en su muñeca, recogiéndose el pelo en una coleta, como solía hacer cada vez que tenía un trabajo importante. Wanda permanecía junto a la ventana, atenta a la inminente batalla, pero ella no podía distraerse. El programa era complejo, pero la forma de manejarlo era muy intuitiva y Elia no tardó en darse cuenta de que la red neuronal estaba instaurada dentro de un cuadrante, una especie de tablero de ajedrez tridimensional. Las conexiones eran muy estables, era complicado ver por dónde empezar, pero tenía que esforzarse si quería conseguir su objetivo. 

-¿Elia? -preguntó Shuri, indicando que estaba lista.

En cada conexión los datos eran distintos, aunque no era capaz de encontrar un patrón exacto de debilidad. Tan pronto unos números aumentaban, otros disminuían, haciendo que todo resultase más confuso. De pronto, tuvo una idea. Más que los datos, tan solo necesitaba ver: cuánto más larga era una conexión, más puntos de fractura podía tener.

-Cuadrante X8, Y22, Z36 -respondió, encontrando una conexión de gran longitud.

De pronto, la conexión desapareció en la pantalla, confirmando que Shuri la había cortado en tan solo un segundo. Los dos puntos brillantes que estaban conectados por esa línea se debilitaron un poco, perdiendo parte de su luminosidad. 

-X54, Y30, Z15 -indicó ahora.

-Las conexiones se debilitan -sonrió Shuri, entendiendo la estrategia de Elia. La científica se adelantó a la siguiente orden de Elia y ella misma cortó la siguiente conexión-. Bien, sigue analizándolo, peor tan solo infórmame si la estructura se desestabiliza o si ves que me cuesta continuar.

-Entendido -asintió Elia. Ahora solo debía observar, Shuri estaba haciendo ya todo el trabajo. Aunque se sintiera inútil de nuevo, era más rápido así. Shuri trabajaba a una velocidad muy superior a los análisis de Elia, con lo que tan solo relentizaría el proceso si seguía esperando sus órdenes. 

Elia aprovechó esa libertad para mirar por la ventana, atenta a la situación en campo abierto, llevándose la sorpresa de ver las naves volviendo a alzarse. ¿Eso era una retirada? No estaba segura, pero lo parecía; al menos hasta que vio la cúpula activándose de nuevo y comenzando a salir humo del lugar en el que esta terminaba.

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora