Capítulo 14 - No quiero olvidar

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Tras meses de trabajo, la base había quedado completamente operativa. Al recuperarse y enterarse de lo que pretendían hacer allí, Tony había tratado de llevarse sus programas, pero no le había salido bien. Entre Pepper y Elia habían conseguido conservar la mayoría, una tratando de disuadirle y la otra reprogramando todo lo que recordaba para recuperar aquello que se había perdido completamente. Sin embargo, eso había terminado en una nueva discusión entre Tony y Elia, quienes no estaban de acuerdo con el camino que el otro había elegido. 

-No trates de imitar mis pasos, no te saldrá bien.

-No quiero imitarte, papá, quiero luchar por mí misma y por el mundo que queda.

Esas habían sido las últimas palabras que se habían dicho en persona porque, aunque Pepper trataba de forzarles a hablar por videollamada de vez en cuando, no habían vuelto a verse. Incluso esas llamadas eran tensas y extrañas, había temas que eran casi tabú, así que Elia no estaba dispuesta a experimentar esa sensación en persona, no cuando tenía tanto que hacer. Ahora que había conseguido reparar todo era cuando comenzaba de verdad su trabajo, monitorizando la situación en el mundo y manteniendo siempre una línea de contacto con todos. Sin embargo, no sabía si eso era lo único que iba a tener que hacer, por lo que había comenzado a fabricarse una nueva armadura y quería retomar sus entrenamientos con Natasha. 

-Vamos, niña, ¿qué te pasa?

Elia resopló mientras intentaba levantarse del suelo. Nat se estaba tomando en serio esto de entrenarla y, aunque la muchacha lo agradecía, se sentía engañada. Había progresado mucho desde aquel primer entrenamiento con ella, pero ahora que la espía le estaba mostrando todo lo que era capaz, Elia estaba sobrepasada. ¿Cómo iba a conseguir llegar a ese nivel? Ni en sus mejores sueños lo lograría.

Aun así, ella se levantó y se puso en guardia, protegiendo su cara con sus puños y pegando los brazos al cuerpo para asegurarse de que los puntos vitales estaban cubiertos.

-Muy bien, pose básica, ¿pero qué te tengo dicho?

-Que tampoco está mal dejar aperturas siempre y cuando seas consciente de ellas porque así puedes tratar de engañar a tu enemigo -recitó Elia, sabiéndose la respuesta de memoria-. Yo...

-No te ves capaz, lo sé -se adelantó Nat, recordando también la última vez que Elia trató de hacer ese truco. Ella fue más rápida que el movimiento de la joven y le asestó un severo golpe que la dejó sin respiración durante unos instantes-. Tienes que vencer tus miedos, en Rusia...

-No tenían piedad, lo sé -completó Elia, siendo consciente de que repetían esta conversación cada vez que ella se sentía asustada por la situación-. ¿También me harás nadar en agua fría hasta llegar a la hipotermia?

-Te recuerdo que tenemos un lago al lado y que el invierno se acerca -amenazó Nat.

Elia bajó la guardia completamente.

-Sé sincera -le pidió-: ¿de verdad crees que valgo para esto?

Nat sonrió con ternura.

-Tienes miedos que vencer, y sé que no es el mejor momento con todo lo que está pasando, pero estoy segura de que puedes.

-¿Crees que puedo ser como tú? -preguntó Elia con un tono incrédulo.

-No -negó Nat completamente convencida-, nadie más va a ser como yo -Elia la miró sorprendida-. Lo que a mí me hicieron fue inhumano, querían generar máquinas de guerra, y nadie más va a pasar por eso. Aunque tardemos años, nunca pienso permitir que pases por lo mismo que yo.

-Pero eres fuerte gracias a eso -repuso Elia.

-¿Me estás pidiendo que te torture? ¿Que te arranque el útero? ¿Que te deje días sin comer hasta que consigas vencerme?

El Guardián no olvida [Peter Parker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora