Cap 61

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[Calle]

-Hola Dani—estaba hablando con Juli cuando Valentina me llamó, quizás Poché aún no llegaba.

-Hola Vale, ¿qué pasa?

-¿Dónde estás?

-En el hospital con mi papá, ¿por qué?

-¿Poché no está contigo? Es que no ha llegado a la casa—Como suponía, pero Paula me dijo que ya se había ido, la idea de que pudiera estar con Mónica se me hizo presente, haciendo que me irritara.

-No, estaba en la casa de Paula, seguro está por ir—respondí de manera tranquila

-Bueno, gracias, hablamos luego—Vale colgó la llamada.

-¿Quién era?—Preguntó Juli

-La hermana de Poché—suspiré

-¿No sabe nada?

-Ni Poché sabe, qué más da—me recargué nuevamente sobre el asiento

-¿No has hablado con ella?

-No tenemos de que hablar

-Calle, deberías hablarle, no puedes dejarlo así.

-Si puedo y si lo haré. Ella debe hablarme, yo no.

-¿De cuándo acá eres tan orgullosa?

-Desde que pisoteo mi confianza, confíe en ella y me fallo.

-No te llenes de odio Calle, eso no hace bien.

-Es que eso es lo que más odio—frunció el ceño confundida—no puedo odiarla, no puedo. Recuerdo todo lo bonito que vivimos, y no puedo Juli—se sentó a mi lado, puse mi cabeza en su hombro, me hizo cariñitos en el cabello

-No tienes que odiarla pequeña—dijo con dulzura—a veces pasan cosas que no queremos, personas nos fallan, pero eso no quita lo bueno de ella, lo que un día hicieron, odiar nunca es la solución y todos fallamos alguna vez.

-Quisiera que todo esto fuera mentira—respire hondo—quiero llamarla, correr a ella, pero no puedo, ya no confío en ella como una vez lo hice. Me duele, me duele mucho—me abrazo sin decir nada, permanecimos así hasta que el doctor que atiende mi papá salió a darnos información.

-Seguimos con las buenas noticias—expreso sonriente—Si sigue como va, podrán llevárselo a casa mañana temprano, queremos asegurarnos de que este lo mejor posible, podrán verlo después que terminemos con los últimos exámenes, ahora está descansando. Su papá es muy fuerte.

-Todo un guerrero—respondió Juli, el doctor asintió retirándose

-Qué bueno que pronto podremos llevárnoslo de aquí—A mi papá le gustaba todo menos los hospitales, cuando lo vi me dijo que ya quería irse, no hable mucho con él porque no quería llorar, aparte me sacaron de inmediato, sabía que en cuanto habláramos bien me pondría a llorar como una niña pequeña.

-Ya quiero verlo de nuevo—dijo—Se quejo como niño chiquito por los moretones.

-¿te conto que fue lo que paso?

-Me dijo que fue muy extraño, sus frenos no sirvieron y el día anterior estaban perfectos—me quede callada, quien podría ser tan mierda de persona como para hacer eso

-No puede ser—murmure

-Tiene muy mala suerte el señor—asentí culpable, mala suerte de tenerme de hija, pensé—No puede ser—repitió en voz baja—Calle, es Poché—murmuro, sus palabras me cayeron como un balde de agua fría, suspire volteando lentamente, no me sentía lista para verla, estaba enojada de que estuviera ahí, pero feliz a la vez, triste, era una montaña rusa de emociones, quería correr abrazarla. Tienes que ser fuerte, tienes que ser fuerte, tienes que ser fuerte, me repetía mentalmente. Traía un girasol en sus manos y una pequeña cesta, fruncí el ceño, se quito los lentes de sol, me miro fijamente a los ojos, la intensidad de su mirada, su manera de verme, lo que traía, era Majo, definitivamente era ella, buen momento para aparecer María José.

¿Te quedarías a mi lado? {Caché}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora