¿Te quedarías a mi lado? {Caché}

Cap 2

-Bueno, Calle—Dije llamando su atención--¿cómo es que golpeas tan fuerte?—Mi pregunta la hizo reír, por inercia reí con ella

-Disculpa de nuevo—Dijo haciendo un puchero, Dios está niña sí que me encantaba.

-No hay problema—Recordé el motivo por el que estaba allí y decidí preguntarle si sabía donde quedaba el dichoso museo—Oye, me dijeron que hay un museo por acá, llevo como 1 hora caminando y no lo encuentro, soy nueva en Lo Ángeles

-¿Con qué eres nueva?—Dijo curiosa. Asentí—Si, por aquí está un museo cerca y ya que hice que te cayeras, te llevaré yo misma.

[Calle]

Mi día había estado demasiado ocupado, el salón de belleza hoy estaba siendo un caos... Dado esos de las 3 pm ya se calmo todo. Luego de almorzar, deje a mis empleados encargados de todo, eran 3: Kika, Matu y Daniel.

Salí de aquel lugar dispuesta a hacer unas compras

-Mereces un descanso, Daniela—me dije a mi misma, lo único que hacía era estar en ese salón, me había costado conseguirlo, y amo lo que hago, pero necesito un respiro.

Llevaba mis manos llenas de bolsas debido a las compras que había hecho, al cabo de unos minutos llegue a una plaza.

Sin darme cuenta, gracias a la cantidad de bolsas que traía no me fije que en un banco estaba una chica sentada y la empujé dejando que cayera al piso

-Dios, maldita sea—pensé—Que estúpida Daniela.

Por suerte, aquella peli azulada era todo un amor y no se enojo por aquel gran golpe que le di... Era súper bonita, tenía mucha personalidad, a juzgar por su cabello, tenía una sonrisa hermosa, de esas que te llenan el alma, era un poco baja, sus ojos, no podía descifrar el color de aquellos ojos que me iluminaron desde que me vio, se veían marrones, color avellana y en otro momento, verdes esmeralda, era hermosa, simplemente hermosa

-¿Qué me está pasando? Nunca había visto a una niña de esta manera—Pensé aún viéndola sin poder creérmelo.

Me propuse llevarla a aquel Museo que quería ir, por lo que me dijo lleva 3 meses viviendo aquí con su hermana...

-Y... entonces peli azulada, ¿qué me dices sobre ti?—Me propuse a preguntarle, para ese momento ya nos dirigíamos al Museo que quedaba solo a 3 cuadras de ahí, debía hablar lo suficiente con ella, quería pedirle su número—Digo, hasta el momento solo sé que eres baja, peli azulada y quieres ir a un museo

-Bueno señorita golpeadora—Dijo haciendo unos gestos con sus manos, era tan tierna—Debería buscarte otro apodo, ¿verdad?

-Pues la verdad sí, no me gusta ser la chica que golpea a los demás—Dije riendo

-Bueno, ya tendré tiempo para pensar en otro—Hizo una pausa, ya va ¿Eso significaba qué quería seguir viéndome? Dios, Daniela, calma, no te hagas ilusiones aún—Y respondiendo a tú pregunta, pues ya te dije mi nombre, María José, vivo con mi hermana desde los 18, problemas con mi padre, mi mami murió cuando tenía 14 y desde entonces no se me ha hecho fácil, pero aquí estoy con 22 años y mi hermana es todo para mí, soy como su segunda mamá—Escuche atentamente todo lo que estaba diciendo, no me imagino por lo que debió haber pasado

-¿Y tú papá? Digo, ¿No lo has visto más?

-No, no fue muy bueno con nosotras, al menos agradezco que no nos dejo morir de hambre, no le guardo rencor, es mi padre, pero prefiero ya no verlo—Que fuerte era todo lo que estaba escuchando—Pero bueno, a lo que iba, pues me apasiona el arte, dibujar y pintar más que todo, se podría decir que me va muy bien en eso y estoy aquí debido a ello

-Ahora entiendo el por qué vas a un museo—Dije mirándola atenta, quería saber más de ella, necesitaba saber

-Exactamente, hace días no me encuentro del todo inspirada y vine a ver si me ayudaba en algo—Para ese momento ya nos encontrábamos justo al frente del Museo, no quería dejar de estar con ella

-¿Puedo ir contigo?—Le pregunte, en serio quería compartir más con ella—Prometo no ser una molestia

-Claro—Me respondió con una sonrisa—Aparte también tienes que contarme de ti, no me parece justo que yo solo sepa de ti que te gusta ir golpeando a la gente—Dijo bromeando, lo que me hizo reír, no podía creer lo bien estaba haciendo el estar con ella

-Boba, fue un accidente—No sé porque me sonroje al decir eso—Vamos.

-Vamos.

Y pasamos a ver las obras de aquel Museo.

Si, fue un accidente, y ahora me alegro de que haya pasado, así pude conocerla y tenía el presentimiento de que esto solo era el comienzo...