Cap 59

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[Calle]

Mi mundo se estaba derrumbando, las dos me han decepcionado. Ya es hora de acabarlo, antes de que acabe conmigo, no puedo seguir con este daño constante. Aunque me duela en lo más profundo de mi corazón dejarla, más me duele saber que sus mentiras pudieron más, no creo seguir soportando.

Al final, todo si es efímero, todo lo que comienza se acaba, así como esto, como nosotras juntas, nuestro tiempo se estaba extinguiendo y no por el hecho de las amenazas o que mi papá se encuentre en el hospital, eso no es su culpa. Pero me mintió, de la forma más descarada y duele; duele más que un cuchillo atravesando una tráquea, porque son dolores del corazón, del alma, heridas que no se ven pero duelen más que cualquiera que sangra. Sí. Los sentimientos están en el cerebro, pero no es la cabeza lo que me duele ahora, es el corazón.

"No Daniela, no fui con ella" dijo, le confié, maldita sea confié en ella. De todas las personas en el mundo a Poché se le ocurre engañarme con ella, joder Poché, de ti no me lo esperaba, nada de esto.

Me monte en el asiento piloto de mi auto, me recargándome de este, ¿Y si todo es mentira? ¿Y si lo invento?... No, las fotos estaban demasiado claras y en sus ojos se veía muy segura de todo lo que decía; debatían mi mente y corazón, aún sabiendo como Majo podría llegar a ser, una parte de mí aún quería confiar en ella, pero sabía que no debía y está vez quería dejar a la razón ganar, encendí el motor dirigiéndome hacía el departamento de Poché.

No podía borrar la sonrisa y maldita cara de satisfacción que cargaba Mónica, ¿por qué no le di un golpe? Quisiera devolver el tiempo para, al menos, un buen golpe darle.

Me sentía muy desgastada para seguir luchando—"Nunca, nunca olvides que eres del amor de mi vida" pues yo no lo olvidé Poché—hable en voz alta—Tú sí, tu si lo olvidaste—le reclamaba aunque no pudiera escucharme—Ahora esto ha llegado a su fin—se entre corto mi voz, trate de tratar el nudo que se había formado en mi garganta, la carraspee—Y no es mi culpa, no. Es tuya, ¡Tuya!—golpee el volante del auto—Tú fuiste quien me engaño, yo estaba dispuesta a luchar, aún me quedaba más por dar—sequé mis lagrimas—pero todas las ganas de esfumaron, Y me dueles más tu... Majo—susurre—Confié en ti, en tu "No Daniela, no fui con ella" pero claro, ella me lo dijo, ¿verdad? Que irías tras ella, justo ese día Majo ¿tan siquiera te importo lo nuestro?—suspire—Ahora estoy aquí, hablando sola, apunto de enloquecer. Sabías lo mucho que confiaba en ti. Y te odio, te odio por no poder odiarte, porque quiero seguir creyendo en ti pero sé que no debo María José, te odio porque no me arrepiento de cada momento a tu lado, porque conocí tu lado más vulnerable, pero ella también, ¿no? Ella también. Que estúpida fui al creer que podría ser importante para ti, que ese día, nuestra primera vez juntas, te importaba mucho más, pero fui la otra, fui tu segunda opción, a quien buscas después de un mal acoston, ¿eso fui para ti? ¿Una más en tu lista?, qué estúpida, estúpida por de verdad creerme que podrías amarme...

**

Llegue al departamento de Poché, ni ella ni Valentina se encontraban presentes. Ramón me salto encima emocionado, me senté en el sofá a jugar un rato con él, apaciguaba un poco la tristeza de dejar este lugar, mire a mi alrededor recordando la primera vez que entre por esa puerta, toda sucia por haber jugado con Poché en la lluvia, era increíble que ya ha pasado poco más de un año de ese día, ese hermoso día que nos conocimos, que loco pensar que este sería la última vez que estaría aquí, sentada en este sofá.

-Ven ramón—le dije a mi hijo perruno levantándome, camine hasta la habitación de Poché, busqué una maleta y poco a poco fui metiendo todas mis cosas, pase mis manos por unas prendas de Poché—no quiero dejarte—susurre—pero no me has dado otra elección—Recogí todas mis pertenencias, así como las de ramón.

¿Te quedarías a mi lado? {Caché}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora