¿Te quedarías a mi lado? {Caché}

Cap 58

[Calle]

Yendo al hospital no podía dejar de culparme por lo que estaba pasando, si algo le llegara a pasar a mi papá, nunca, nunca me lo perdonaría. Una llamada entro en mi celular, estaba odiando tanto tenerlo:

-Te lo advertí pequeña mosquita.

-Vete a la mierda. Te juro que si algo le pasa, no las vas a contar.

-Tus amenazas nada me causan—dijo entre risas—Te dije que te alejaras de ella.

-Para tu suerte, ojalá nunca descubra quien eres

-Ay Daniela, por favor. Ambas sabemos que no serías capaz de nada.

-Ahora tengo una prueba en tu contra, por si olvidaste el mensaje.

-Uy que miedo tengo. Espero te hayas despedido de ella para siempre, o la próxima ya sabes quién será...

-Hija de puta...

-No creo que quieras quedarte también sin Juli—Colgó la llamada

"Quedarme también sin Juli" no puede ser, pensé entre lagrimas, aumente la velocidad, no podía quedarme sin mi papá, simplemente no. Golpee el volante del auto con la mano derecha—Todo esto es mi culpa—seguí—Espero puedas perdonarme papá.

Seguí en alta velocidad llegando lo más rápido posible, aparque el auto en el estacionamiento, baje tomando solo mi celular, al entrar busqué a Juli por todos lados hasta visualizarla cerca de la máquina expendedora, con un café en la mano y ojos rojos e hinchados de tanto llorar, sentí un ligero dolor en el pecho, sentimiento de culpa.

Camine a ella, al verme se lanzo en mis brazos llorando de manera descontrolada, la abracé fuerte llorando con ella.

-Perdón—murmuré—todo esto es mi culpa, perdón—sollocé—perdón.

-¿Qué dices?—se separó de mi secando sus lagrimas—No es culpa de nadie—me quede callada, no era el momento para contarle la verdadera historia.

-¿Qué te han dicho?

-Nada—dijo molesta—Llevo aquí casi una hora y no me han dicho nada. ¡NADA!—gritó

-Shhhh—volví abrazarla—tenemos que mantener la calma—trate de ser fuerte, pero en realidad, me estaba muriendo por dentro.

-Lo sé—se le entrecorto la voz—Lo sé Dani, pero si algo le pasa...

-No. No, ni lo digas, no le va a pasar nada, no le puede pasar nada—No pude evitar desesperarme, los papeles se invirtieron era ella quien ahora me calmaba, nos sentamos en las sillas de espera, a eso, esperar a que por fin saliera alguien y nos informara, Juli me buscó un café, me recargué de la silla de brazos cruzados con el café en la mano.

El miedo estaba apoderado de mis sentidos, los minutos pasaban cada vez más lentos.

-¿Y Poché?—preguntó Juli— ¿No vino contigo?

-Le dije que no viniera.

-¿Por qué?

-No quiero verla, no ahora—bebí otro sorbo de mi café

-¿Están peleadas?

-Más que eso—confesé—Creo que, lo nuestro está por acabar.

-¿Qué? ¿Por qué?

-Intente luchar, aún lo intento pero no siento la misma entrega de su parte.

-Daniela, ella te ama, se le notaba en los ojos cuando la vi.