¿Qué son aquellos recuerdos del pasado? Son aquellos que piden a gritos llegar a tu mente, aquellos que agonizan con el tiempo... Aquellos testigos de vida y muerte... Aquellos funebres e inolvidables lecciones, aquellos amores incomprendidos que hoy nos preguntamos ¿dónde estarán?, Aquellas lágrimas derramadas por saber que estas embarazada o son aquellas cuando alguien cercano se ha ido para siempre. Aquellas vivencias que Dios nos da, aquellas que nos dan alegría y fuerza para seguir adelante... Aquellas que tendremos después de la muerte...
— Lara Crowell.
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No sé cuántos Gin tonic he consumido, creo que he perdido la cuenta y creo que ya me acabe la botella de ginebra.
Todo me da vueltas, río y lloro sin parar.
Firulais sólo me observa, claramente si hablará me diría que gilipollas eres. O no sé qué otras cosas más.
No sé ni lo que hago, no sé nada hasta que pierdo la inconsciencia de mis actos vulgares.He caído rendida, presa del alcohol seguramente me he resbalado, siento una punzada en la megilla, da igual o simplemente es una alucinación.
Por la mañana escucho una voz conocida dándome pequeños golpes en la otra megilla.
—¡Lara, Lara, Lara despierta!. La voz que me grita es mi hermana Alejandra.
—¡Levántate Lara, levántate!.
No puedo hacerlo por si sola...
—¡Diablos Lara tendré que hacerlo yo!—. Alejandra me levanta con mucho trabajo del piso ya que no resiste todo mi cuerpo. Me inclina sobre su cabeza mi hombro y me ordena a caminar...
Paso a paso me lleva a rastras, tengo que pedir permiso a un pie para levantar el otro.
Me mete al baño y me acuesta en la tina, abre la llave y siento que el agua fría me cae en el rostro, haciendo que reaccione poco.
Alejandra me esta quitando la ropa, pero se le dificulta.
—¡Joder Lara coopera para poder quitar está ropa asquerosa llena de vómito y con olor a orines rancios!—.dice frunciendo el rostro de molestia y por supuesto de asco. Pero mi mente dice que me tiene vergüenza y lastima.
Poco a poco me despoja de mi ropa, me da una tallada en el cabello enmarañado y sucio, me limpia el cuerpo con jabón y esponja.—¡Ay, Lara qué vida tan fea te haz conseguido!—. Su rostro refleja enojo o decepción; no puedo distinguir sus facciones—.¡Y todo por un hombre que no vale ni una reverenda mierda!.
Quizás tenga razón pero no puedo aceptar que no valga nada.
—¡Pudiste haber muerto de una congestión alcohólica!, ¿Lo sabes no Lara?.
"Eso es lo que quiero morir, porque sin Winston no tengo nada".
Alejandra ha terminado de asearme. No sabe dónde guardo mi ropa interior, así que me saca en cueros.
Va dirección a mi ropero, lo abre y allí dentro tengo pequeños compartimientos de cajones dónde guardo ropa interior, calcetines, medias joyas, maquillaje y más. Cada uno tiene su propio cajón.
—¿Dónde está la ropa de descanso?—.su grito me aturde en la cabeza.—El cajón de la orilla izquierda.
En mi repertorio de ropa busca una piyama apropiada para que estuviese tranquila. Pero no hay alguna.
Alejandra abre los ojos como platos, y se da cuenta que no tengo nada de piyamas, sólo babydolls.
—¡Dios Lara!, ¿Aún duermes con esto?.
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Traidores
RomanceJuré olvidarte, juré no llorar y juré no volver a pensarte. Sin embargo eres mi todo y sólo escribo aquellos recuerdos que no puedo renunciar Traición es es el acto más cruel e inhumano que una persona puede vivir. Para volver a confiar es complica...