Traidores

Te echo de menos

Te echo de menos, pero no me perteneces, cada día me pregunto ¿qué estarás haciendo? Pero me he dado cuenta que yo no soy la del problema... Eres tú, y esos judídos cambios de humor, esa frialdad e indiferencia. Intenté dar lo mejor para que la relación funcionara pero no te diste cuenta o sólo te hacías el ingenuo. Juegas con tu amabilidad e indiferencia, juegas con tu forma de ser y no te entiendo aunque quiera no puedo, espero que ella piense lo mismo o quizás ella no tiene ratos complicaciones como las tuve yo, que envidia pero sabes que hay comportamientos que cansan y el tuyo es uno de ellos. Tan guapo pero con tantos defectos que no podría definir cuál es el peor o el mejor pero así te amaba. Y aquí en Ginebra he visto chicos similares a ti y todos ellos quizás sean mejores o peores que tú, pero no quiero darme la oportunidad sí puede fracasar como la que tuvimos, no puedo jugar con los sentimientos de una persona que da lo mejor para ti, como tú jamás lo diste y mucho menos traicionarla con otra persona, no soy como tú, prefiero vivir una soledad eterna que dañar un corazón porque el mío está roto en mil pedazos y apenas voy pegando cada pedazo y no se cuanto tiempo tardare...

Una vida jodida siempre será una vida jodida y la mía lo es desde hace tiempo y algunos años dónde mis errores han cobrado factura de mi infelicidad. El simple hecho de no tener al amor de mi vida a mi lado y que ahora esté con otra, el hecho de no tener hijos cuando siempre quise uno, la muerte de mi hermana menor, el descuido de mi empleo que perdí, y otras cuantas.
Así que he de levantarme e ir a un bar a tomar unas cuantas copillas de bebidas dulces. Brindo por tí y por ella, por su felicidad ¡Salud! Un traguito para olvidarte y otro para levantarme y ni siquiera sé cuántos llevó ya he perdido la cuenta y las horas; aún no me he embriagado, aún soy consciente de mis actos aunque quisiera desaparecer del planeta se me han llenado los ojos de lágrimas. Estoy en Ginebra pero mis recuerdos me atormentan y me persiguen a donde quiera que voy y aquella Lara de hace 12 años falleció y no sabes cuánto la extraño, una chica feliz y llena de ilusiones y hoy es una flor marchita que ha envejecido con el tiempo, descuidada y llena de desdén. Me he cansado de tomar así que pido la cuenta al camarero, saco el dinero y pago para regresar al departamento, camino tambaleandome sobre el piso la gente me mira con lastima y ya sé lo que en sus mentes hay y siento que los puedo escuchar y señalar con el dedo. ¡Mira esa pobre chica va toda ebria! ¡Es una borracha!,
¡Qué idiota es! Pierde lo más por lo menos sin saber que ya lo he perdido todo desde hace años y no quiero saber nada ya he llegado a casa y me siento débil así que busco el sillón y me echo a dormir no saber nada de nadie y ni siquiera de mi misma...

Me he levantado del sillón con una resaca terrible, tengo dolor de cabeza y mucha sed. Así que me meto a echarme una ducha buen fría... Después de dos horas salgo y busco una ropa sexy, un vestido de color rojo que me llega a la rodilla entallado y me hace verme deseable, me levanto el cabello con una coleta, me pinto los labios de color rojo, me baño en perfume todo el cuerpo de aromas sutiles y fuertes al olfato; fijo sonreirle al espejo creo que puedo ser deseable para cualquier patan que se me cruce en el camino. La resaca continua a pesar de que no tomar mucho así que me preparó unos chilaquiles bien picosos, como los que te gustan dejaré un tiempo para probar nuevamente la botella eso si no me siento débil y caiga en tentación, ¡La verdad que más da!. Al terminar me lavo los dientes y me vuelvo a pintar. Ya estoy por salir a la calle y ni siquiera sé lo que busco, quizás un poco de afecto por unas cuantas horas o quizá sólo quiero refrescar la mente y ver lo bueno que hay en Ginebra. Un hombre de un automóvil me ha gritando guapa pero no le di importancia y seguí mi camino, quizás porque me siento segura con este vestido ya que era tu favorito te encantaba vermelo puesto, y más cuanto me lo solias quitar para que callera al suelo y nuestros impulsos nos provocaran para hacer el amor alocadamente en cualquier lado, sonrio, no puedo evitar sonrojarme decías que te provocaba y en verdad eso era lo que siempre buscaba dejarte con ganas y ahora soy yo la que tiene ganas y sed de tu cuerpo y caricias sutiles que ya no me pertenecen más. Trago saliva y sigo caminando sin fijarme por dónde voy...

Que no me desangre la herida ya no puedo más... Mucho más de lo qué jamás me atreví a pensar, quema como un disparo hecho a traición sí supieras que un mes así es un infierno, sin poder parar, las amigas me dicen que te diera celos, pero no ya lo ves te pertenezco. Endemoniadamente guapo, un cobre de sorpresas ciegas, un ángel y un diablo, maldito embustero, el hombre que amo de estilo azúcar amargo. He llegado al final de la colina de repente me llegaron a la mente aquellos fragmentos de las canciones de Fey. Nunca me las aprendí a pesar que la escuchabas casi diario. Te agrada demasiado, a mi no tanto sin embargo les daba cierto sentido pero ahora es diferente cada vez que los fragmentos llegan te recuerdo. Parece mentira que canciones nos transporten al pasado o nos recuerden un momento o persona especial. Será porque no sé mucho del español como tú ya que te encantan los idiomas y gracias a ti aprendí a hablar francés a la perfección y por ello me fui a Ginebra a vivir, estar lejos y practicar ese lenguaje, al principio no le veía utilidad y ahora te lo agradezco sino aún estuviese allá en Valencia inundada de cosas que aprendo a desprenderme de ellas qué difícil es pero lo intento. Me conformó con que estés bien, el clima está cambiando y empiezo a sentir frío el vestido rojo ya no enbona en este ambiente, he de regresar a casa. Está vez nadie me ha dicho nada y eso está bien, no me agrada que locos me digan guapa sino eres tú. Llegó a casa y me dejó caer el vestido rojo empiezo a imaginar cosas locas o a recordar el pasado de esas caricias perdidas y de esos momentos locos ¡Cielos te extraño y no sabes cuanto!.