Es lo único que puedo decirte

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Te agradezco por haberme hecho feliz de alguna manera...
Te agradezco haberte conocido aunque fuese tan mínimo...
Te agradezco por aquellas cosas hermosas que me dejaste vivir emociones únicas...
Te agradezco el haberte amado tanto...
Te agradezco porque aprendí lo que es llorar por imposibles...
Te agradezco por ser parte de mi pasado...
Te agradezco por creer en el amor cosa que no es cierta...
Te agradezco por aquellas lágrimas que derrame en algún momento dado, me di cuenta que no soy tan fría como lo esperaba... Te agradezco por ser parte de una vida...
Y hoy te digo adiós, y agradezco a Dios por haberme permitido haberte conocido porque me ha dejado una gran lección de vida.
                            ~Lara Crowell.

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Podría jurar que todavía lo escucho andar por el pasillo, con sus pies descalzos para darme los buenos días. Sin embargo no es así, no está aquí. Ha hecho su vida y debo entenderlo.
Winston ya no está aquí.— ¡Joder debo aceptarlo!.

Me levanto de la cama dónde aún persigo su olor y aún creo sentir la calidez de su cuerpo caliente cerca del mio.

Sigo la dirección del baño para darme un chapuzon rápido con agua fría, me pondré cualquier cosa, la verdad ya me da igual.

Hoy es domingo en Valencia y no tengo nada que hacer. Winston y yo teníamos la costumbre de ir cada domingo al parque a pasear con nuestro perro Firulais y que por supuesto ya no es así. No se logró llevárselo él, lo dejó conmigo, por lastima o tal vez porque a su nueva mujer le provocan alergia.

La verdad ahora es el único lazo que me une hacia él. Por un tiempo me llegaba a preguntar por Firulais como estaba pero el tiempo pasó y dejó de hacerlo.
Pero para ser sincera hasta yo misma me he olvidado de él, soy injusta ya que el perro no tiene la culpa de los errores de sus dueños.

Dejé que mi hermana Alejandra se lo llevará a su casa, es más chica que yo por 5 años y aún está en la facultad, le sirve de compañía más que a mi.

Probablemente hoy venga a verme, lo ha hecho con frecuencia después de la separación que no he podido superar, la verdad no tengo interés en hacerlo, mi vida se ha convertido en una mierda.

Escucho el timbre sonar, abro la puerta.

—¡Hola hermana!—. Se ve mejor desde la última vez que vino, su infección se ha ido por completo. Le doy un abrazo fuertemente, puedo sentir sus huesos.

—¡Hola Firulais!, ¿Amor mío como has estado?—. Ladra con sintonia, sus orejas felpudas y su cola moviendo de un lado a otro me dicen que esta bien.

—¡Pasen, pasen!.

Firulais va directo a sí sofá dónde solía dormir al lado de Winston y yo.

Mi hermana al ver como esta el departamento se sorprende por completo.

—¡ Oh por Dios!—. Abre la boca

—¿Qué sucede Alejandra?—. Se lo que está pensando pero me hago la ingenua.—¿Qué chiquero es esto Lara?.

El reproche me hace enfadar.

—¡Tú no eras así Lara!.
Esto es una porquería. ¿Te haz dado cuenta de este desgorre?.

—¡Si me he dado cuenta!, ¿Y?.

—¡Vives en una porquería, todo tirado por donde quiera, la ropa los zapatos, platos sucios, polvo y colillas de pitillos!.

—Si sé que está un poco desalentado pero lo arreglare pronto.

—¿A sí cuándo?—. Enfadada y preocupada a la vez me observa mi hermana. —Estas cosas las he visto tiradas desde la última vez que vine.

Traidores Where stories live. Discover now