Traidores

La pérdida

Hoy he perdido aquel broche de mariposa que me regalaste cuando me preguntaste sí quería ser tu novia e indudablemente dije que sí. ¿Cómo no aceptarlo sí te amaba? Bueno aún lo hago; tú ya no. Me duele haberlo perdido, no es el costo o el tamaño, ¡Qué más da sí es una baratija que posteriormente podría conseguir!. Sino es el valor sentimental lo que los hace especiales, los recuerdos que llevan consigo, las sonrisas y el motivo del regalo, hecho del corazón es lo que realmente les da el valor y el amor de aquel objeto que nos pertenece y por boludeces se nos escapan de las manos. Debo reconocer que soy una persona distraída, mala costumbre mía y mal hábito que debo erradicar pues bien he buscado por todas partes sin encontrarlo y casi me vuelvo loca al no encontrarlo, sé que con querer llorar no solucionaré nada. No hay hadas madrinas, no tengo el recuerdo certero donde lo haya dejado, donde lo haya puesto sin darme cuenta. No es fácil vivir esto, es de las pocas cosas que me unen a ti, de las pocas cosas que solía usar con frecuencia, algo que sí no llevaba puesto me sentía incompleta, me daba personalidad y belleza al portarlo, no me gustaba prestarlo a nadie, ni siquiera a mi hermana para aquel baile de preparatoria; suena egoísta pero para mi era lo mejor que mi ex pudo darme, según que era de su abuela simplemente no le creí, buscaba darle romanticismo y sentido a las cosas buscaba darles un significado valioso para recordar, buscaba hacerme feliz. Ahora ni siquiera puedo tener ambas cosas las he perdido en cualquier parte de Ginebra, ahora no sé en qué manos pudo haber llegado mi posesión más preciada de las pocas que me quedan. De las pocas que llevan recuerdos y de las pocas que fueron dadas de corazón.

-Nia Kessler

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Me siento totalmente fatal, pero he llorado lo suficiente para dejar mis ojos secos, rojos e inchados.

"Hoy he traicionado el gran amor que tengo hacia Winston con mi disque mejor amigo"

Soy la persona totalmente estúpida por creer en la teoría de que "un clavo saca otro clavo" o simplemente mi cuerpo pedía a gritos mis necesidades básicas. Pero he elegido a la persona incorrecta para hacerlo.

El roce de una piel, el afecto de un hombre y sentirme querida o deseada, estoy equivocada nadie absolutamente nadie podrá reemplazar el amor de Winston.

Después de que mi mente se calmo y mi ansiedad se ha ido, decido meterme al baño para darme un duchaso, porque aún siento el olor de Diego por todo mi cuerpo, necesito quitarmelo lo más pronto posible; mi vello genital achibarrado por su semen. Es cuando recuerdo que no use protección y probablemente sus soldaditos anden dentro de mi ya que el muy infeliz se dejó llevar hasta venirse.

Miro el reloj son cerca de las 7:30pm. ¡Dios se ha hecho demasiado tarde!. ¿Cuántas horas duro el acto o cuantas horas me he quedado dormida?.

Luego de un baño minucioso me visto de la manera rápida, debo ir a la farmacia, toco las llaves de la Cherokee. Cierro el departamento, a pasos largos me dirijo al ascensor, en el compartimiento B12 está estacionada mi camioneta por fortuna está abierto las 24 horas, no tengo prisa y a la vez si.

Prendo el motor, espero que caliente unos minutos y voy conduciendo; todo este tiempo que he vivido en Ginebra he aprendido ubicar ciertos lugares "necesarios".
Enciendo la radio, pero toda canción me recuerda mi pasado así que decidí apagarlo y ahora mis pensamientos van directo a Diego. ¿ Cómo carajos tuve sexo con él si se supone que es mi mejor amigo de la  preparatoria?.

"Dicen que a veces es mejor un amigo con derechos que un novio". No sé qué pensar al respecto pero ambas acciones involucran sentimientos y en varias circunstancias pueden salir lastimados".

Prefiero ya no pensar en tanta boludes y concentrarme al manejar, creo que la ventaja de estar en Ginebra es que nadie me conoce y podré pedir a la farmacia las patillas anticonceptivas y no sentirme avergonzada por mis actos indecentes. En Valencia tampoco me conocían pero me daba vergüenza encontrarme a un conocido y me andarán cuestionando mi vida sexual.