Traidores

Escucha

Escucha como nos conocimos:
Fue principios de mayo, estaba por comprarle el mejor regalo a mi madre, vaya ya algunos años...
Caminaba por el centro de la ciudad de Valencia, acostumbro mirar el rostro de las personas, esas reflejan nuestro estado de animo, llevaba su regalo y fue entonces cuando te vi... En una pollera despachandote, ¡ Vaya lugarcito para conocer a alguien!. Siendo yo vegana. Te veías exageradamente guapo o al menos así te mire. ¡Dios que lindo es recordar pero a la vez tan doloroso! Aún recuerdo lo que llevabas puesto. Unos jeans deslavados y rotos de las rodillas e igual las puntas de los tobillos, una playera blanca con letras verdes en el pecho, cualquiera diría que eres fodongo y lo curioso era que eso me gustaba de ti, el cabello desalineado y parado como espinas. ¡Eras perfecto muy perfecto! Recuerdo que nos miramos mutuamente pero no dijimos nada de saludos cordiales, supongo que así es actualmente. Pero al menos pudimos vernos por resto del día no dejaba de pensarte. Supongo que te pasaba lo mismo y ahora ni mi nombre has de pronunciar y no quepo en tus pensamientos, sólo ella. Es comprensible el amor y la separación es así, tan volátil y frágil a la vez que sólo unos cuántos sobreviven al desgaste emocional. Yo no he podido vivir con ello pero trato de acostumbrarme a ello. Total estoy en Ginebra y tú en Valencia y ni siquiera tengo dinero para volver. No importa, es mejor así. En Valencia no tengo nada que hacer en cambio aquí sí, un trabajo que me agrada a pesar que he gastado más de lo necesario. Hay mañas que nunca se van. Es cierto así como la tuya de fumar y tomar cerveza...