Capítulo 38

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Scott

- Se ha acabado todo, la venta ha dado frutos esta noche, esto se acabó ya no estoy en esto. ¡Toda esta mierda! ¿acaso no eres consciente de que termine con costillas rotas gracias a tu brillante idea de traer polvo a esta fiesta? Eres... ¡toma tu puto dinero!- le digo a Jacob, colérico a pocos segundos de golpearlo.

- ¡Gallina! Imbécil nunca te obligue hacer esto, tú ¡pendejo! Te quisiste hacer cargo en esta ¡mierda! Intestaste dártelas de inteligente con esos malotes.- dice Jacob molesto y excusándose, con su típica actitud de niño de papi.

Las cosas se salieron de control, la ira creció en mi cuerpo fue entonces cuando mi puño impacto en su cara, ni en un solo momento dude que él no se quedaría de manos cruzadas. Su puño impacta en mi boca, la rabia me llena el cuerpo, la sangre me hierbe, lo empujo con fuerza y lo golpeo mientras los insultos salen de mi boca

- ¡maldito cobarde, idiota, gilipollas!

- ¡imbécil siempre serás mi sombra no eres nadie sin mí, gracias a mi eres lo que eres!- dice Jacob

Él y yo somos el centro de atención de todo el lugar, todo pasa tan rápido, Rubén y Robert se interponen entre nosotros separándonos con gran dificultad, las cosas pasan en cuestión de segundos, seguía tan histérico que intentaba soltarme del agarre de Robert que termine golpeándolo. Las mujeres  gritaban como locas, y la mayoría de invitados se van, pocas son las personas que se quedan fingiendo que nada había ocurrido; Adolorido camino hasta la bodega en busca del botiquín, Ruben insiste en acompañarme, pero lo trato de la peor manera y llego solo a la bodega con pocos ánimos, al llegar a la bodega me tiro en una de las esquinas muy débil con todo mi cuerpo agotado, escucho voces de mujeres acercándose, pero nada para mi está claro y todo se vuelve negro.

DESENFRENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora