Capítulo 28

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Holly


Jess parece un niñito en una tienda de juguetes, todo lo que ve lo quiere, llevamos aproximadamente todo la tarde en el centro comercial. Parece que haber devuelto todo lo que había comido en mis botas no logró disminuir la cantidad de energía que tiene. Afortunadamente Jess es una de esas chicas precavidas y siempre carga zapatos de más en su coche y eso fue mi boleto salvavidas, ¡mis botas se fueron por el caño!


Llevamos dos horas en la misma tienda porque Jess no ha podido decidirse entre el traje rosa con rayas, y el negro enterizo con un escote llamativo en la parte superior del busto. Yo mientras tanto busco un traje de baño de mi talla, tenía a la mira dos modelos uno negro de dos piezas bastante favorecedor y uno dorado de una sola pieza con un largo escote en mi espalda. Camino hasta el probador y me mido los dos vestidos. Después de salir del vestidor me decido por el que más favorece mis curvas.
Son aproximadamente las 10:50 pm, Jess decide conducir el auto esta vez. Vamos camino a mi casa, las calles están congestionadas así que llegar tomará un buen rato. Tomó el teléfono de mi cartera y empiezo a revisar uno que otro mensaje de Instagram.

Reviso la hora en el teléfono, 11:30 pm, ha sido un día muy ajetreado, por fin estamos en frente de mi casa, me bajo del auto y me despido de Jess. Me acerco a la puerta y antes de sacar la llave y abrir, guardo en mi bolsa todas las compras, me fastidia tener que explicarle todo a mi madre, la conozco y sé que me cree capaz de robar una tienda.


Cuando abro la puerta, todo está muy callado parece ser que ya están durmiendo, es un gran alivio, cierro con cuidado y aseguro la puerta. Caminó hasta la cocina y busco en el refrigerador un poco de leche luego busco unas galletas para ir a mi habitación.

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Dos días después...

¡DÍA DEL VIAJE!


Voy llegando a casa de Jess, marco su número en el teléfono, no responde, cuando estoy en la entrada de su casa me encuentro con La escena de ella y un chico en un beso algo asqueroso. Hago sonido con mi garganta para llamar la atención.

- Jumm, ¿qué hay de nuevo?

- Oh, ya estás aquí, qué rápido. Bueno Holland es el Scott el chico de que te he hablado.- me mira con gran emoción y luego se acerca a él depositando un beso en su mejilla.

Demonios, este chico estaba con el Patán de Jacob el día el que le tire el café encima.

- Hola, ¿Qué tal?- dice él amigablemente.

- Bueno, cariño es hora debemos recoger a los demás chicos, dentro de 30 minutos.- le dice a Jess y fija su mirada en el reloj que lleva puesto en su muñeca.


Scott guarda nuestro equipaje y nos sentamos en el auto, Jess se monta en el asiento del copiloto. Después de cruzar varias calles, llegamos a una casa, mejor dicho una mansión me puse a pensar y yo conocía esta casa antes.

Es esa casa, la de aquella fiesta. Sabía que esto no indicaba nada bueno. Jess voltea la cabeza y me mira. No puedo creer a donde me ha traído. La miro con rabia. ¿Qué diablos le ocurre? Me ha traído a la boca del lobo.
Scott estaciona el auto, saca su teléfono y marca

- Viejo ya estoy frente a tu casa, demonios muévete.- grita y cuelga el teléfono.

Mientras esperamos dentro de la camioneta sacó mi reproductor y empiezo a escuchar música es lo único que hace que pueda contener mi ira. Después de unos largos minutos finalmente.me fijo en que el tormento de los últimos 2 meses de mi vida se está montando en la camioneta. ¡Te mataré! JESS.

- ¡Esto apesta!- Digo con rabia mientras me pongo los audífonos.

- ¡Qué suerte tengo! ¿Amor me estas siguiendo?, ¿te hizo falta un poco más de este machote?- dice Jacob burlándose y acercándose cada vez a mi rostro.

- ¡Por favor! No eres nada importante para mí, para estar siguiéndote o vigilándote créeme tengo cosas realmente importantes que hacer.- le digo a Jacob con el mayor desprecio que podía marcar mi voz.

- Holland ¿acaso tú príncipe azul no nos acompaña hoy? Dice con fingida inocencia.

MALDITO, qué le pasa a este idiota, si quería encontrarme lo ha logrado.

- Holland hablando de príncipes azules, no quieres ver el último regalo que me dio Scott. Dice Jess señalando un brazalete, pero ¿qué le pasa a esta perra hoy? Me la quedo mirando fijamente de la peor manera que puedo hacerlo, y decidí subirle el volumen a la música.

MALDITO SCOTT, MALDITO VIAJES EN CARRETERA, MALDITO CELULAR CON POCO ALMACENAMIENTO, PERO SOBRE TODO, MALDITO JACOB CONNOR.

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¡Besos y Abrazos!

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