Epílogo

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Como todo empezó

SCOTT

Falta una semana para el inicio de clases y como es tradición, Jacob hará una fiesta en su casa, yo no estoy tan emocionado, he ido mil veces a esas fiestas y aunque no son malas, ahora no me parecen tan geniales.

Invite a una compañera de clases, su nombre es Olivia, desde el momento en que la vi, me pareció la mujer más hermosa que había visto en la vida, y he visto muchas, la cosa es que es demasiado tímida, y eso le quita atractivo. También invite a una amiga, o bueno es mucho más que eso, su nombre es Jessica, la conocí hace un mes, en mi restaurante de pizza favorito, y desde entonces tenemos una buena "amistad"

Jacob dice que una fiesta no es fiesta sin polvo mágico, y ha logrado joderme todos estos días, me ha pedido que contacte a Robert, él me consigue el polvo y a cambio nosotros le conseguimos unos cuantos clientes para que su negocio crezca. El problema que tenemos ahora es que Robert ya no es tan eficiente, su aptitud y su constante necesidad de estar dopado, ha logrado traerme discusiones con Jacob. Y pocos días antes descubrí que ha estado mintiendo sobre el paradero de cierto polvo que nos cobra y siempre desaparece, ha estado vendiéndolo por una suma muy alta. Finalmente he logrado calmar a Jacob y le dije que pronto llegaría a la fiesta, conseguí otro contacto que logró reponerme lo que Robert se robó. Tendré que comentárselo a Jacob después y él ya sabrá qué hacer con Robert.

Mientras que conduzco a casa de Jacob, voy maquinando cómo hacer para bajar toda esta mercancía sin que los vecinos y ninguno de los invitados de la fiesta, se alarme por ello. Pienso y lo primero que se me ocurre es Llamar a Bob, uno de esos nerds que tanto idolatran a Jacob y quieren ser su amigo, Bob es un chico muy pendejo, logro convencerlo diciéndole que Jacob quería que asistiera a la fiesta, llega a la fiesta y logro que me ayude con todo, una vez en la casa de Jacob lo busco para informarle de mi llegada sin ningún problema a la fiesta con tanto polvo, cuando me doy cuenta de que ya está vuelto mierda, me acerco a él y le digo:

- Jacob has bebido demasiado, estas hecho un asco.- le digo un poco preocupado era la primera vez que lo veía tan perdido por la bebida.

- Scott viejo relájate la fiesta apenas comienza sigue con tu juguete.- me dice molesto señalando con sus ojos a Jess

- Ya para Jacob no ha pasado una hora desde que empezaste beber no puedes ni sostenerte tú mismo.

- Déjame vete a la mierda es mi fiesta y mi cuerpo yo decido cuanto y cuando paro de beber.- grita exasperado ¿qué mierda le pasa hoy? Después de unos minutos lo entiendo todo, su comportamiento, sus ganas de beber en exceso, hoy es su cumpleaños y sus padres no están en la ciudad. Me calle unos minutos y finalmente le dije.

- Me preocupo por ti.- con eso último dicho me alejo y lo dejo solo con su propio demonio.

Mientras decido disfrutar de la fiesta con Jess, besando aquellos labios tan grandes, carnosos que logran provocar a cualquiera y en estos momentos era yo quien los besaba nadie más, que bien se siente tener tanto control sobre esta chica, me atrae como un demonio, pero pasados unos minutos mi atención deja de estar en esta chica que esta posada sobre mi regazo, para fijar toda mi atención en Olivia, Mis ojos están fijos en Olivia mientras que Jess deja de besarme la boca y posa sus labios en el hueco que hay en mi cuello, me estremezco, pero no me gusta la sensación que provoca, quería sentir otros labios, los de Olivia. Jess se enoja cuando la separo de mí cuello puedo verlo en su expresión pero para no preocuparla le digo:

- Voy a buscar unos tragos.- y con esa excusa me hago a un lado del salón en el que pueda tener una perfecta visualización de Olivia.

Lograba ver la incomodidad en su rostro, así comprendí que esto era tan nuevo para ella, había pasado 30 minutos aproximadamente desde que le dije a Jess que supuestamente estaría buscando bebidas, no había dejado de observar cada movimiento que hacía, En momento dejar de dar vuelas por el salón y se sentó en el gran sofá que hay en la sala de estar ahora parecía tan pequeño por tanta gente que había pegada cuerpo con cuerpo.

Entonces sentí una mano suave tocar mi hombro, cuando me gire era Jess con cara de pocos amigos:

- ¿Qué sucede Jess? ¿Qué tienes?- le pregunte sabiendo lo que me iba a responder, intentaba hacerme el bobo.

- Scott me has dejada tirada, no puedo creer que una persona tarde tanto en buscar dos bebidas, si ya no querías pasar más la noche conmigo la próxima vez avísame- fue lo último que dijo y se fue sin dejarme decir nada ante aquella objeción.

Cuando me di la vuelta, para de nuevo fijar mi completa atención a la hermosa chica sentada en ese sofá Olivia, me di cuenta que ya no se hallaba allí sentada. Entonces mis ojos la buscaron por todas partes hasta que vi cómo se perdía por el corredor del segundo piso. Imaginé que tenía que ir al baño y desde ahí no supe más de dónde se encontraba Olivia.

Meses después

La sangre me hervía, la traición de él que era mi mejor amigo nunca la espere, ¿Quizás siempre debí esperarla? Nunca respetó a ninguna chica como esperaría que con Olivia iba a ser diferente, jamás se cruzó por mi cabeza que ellos dos. Ahora sentado en el auto intentaba hacerme a la idea que la chica por quien había dejado todo, estaba en esa camilla esperando un hijo de Jacob. Hace unas horas estaba tan emocionado porque por fin iría en busca de Olivia, le diría que nos diésemos una oportunidad. La rabia invadió más fuerte mi cuerpo y golpee mis puños contra el manubrio me dolía, no las manos por el golpe que le acababa de dar me dolía el corazón y por primera vez en tantos años volví a sentirme con un niño necesitando los abrazos de su madre reconfortándolo como cuando te caías de tu bicicleta asustado; Encendí el motor del auto y cegado por la cólera, arranque a toda velocidad a divagar por toda la ciudad. Me detuve un momento en una licorera compre una botella de Ron puro. Tome un chorro y de nuevo estaba en el auto conduciendo hacia no sé dónde, cuándo detuve el auto estaba en la playa, cada vez que tomaba un chorro, sentía el ardor por mi garganta pero era más tolerable que el dolor que sentía en el pecho.

Tuve horas para pensar, y embriagarme con aquella botella y ahora todo dentro mi cabeza estaba claro ya sabía cómo todo había ocurrido, todo encajo como en un rompecabezas, todo se ordenó de una manera "lógica" en mi cabeza, en el momento que hablaba con Jess, cuando me di la vuelta, cuando mi atención ya no estaba en Olivia, cuando la vi alejándose en el pasillo ahí fue cuando todo ocurrió entonces un pensamiento invadió en mi mente, él la drogó, él le dio esa bebida que yo le había ayudado a preparar y entonces el dolor se intensifico, y la botella que tenía en mi mano, ahora se hallaba en pedazos escondidos entre la arena.

¡MALDITO HIJO DE PUTA, JACOB! Grite al cielo.

DESENFRENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora