DESENFRENO

Capítulo 34

Olivia

Corro hasta llegar a mi habitación, cierro la puerta, me lanzo sobre mi cama pensando en todo lo que había sucedido en tan solo una noche, sintiéndome confundida, mis dedos acarician mi boca mientras recordaba ese beso, nuestro beso, una sonrisa se pronuncia en mi rostro.

Preparo mi pijama, camino hacia la ducha quitándome toda la ropa, abro la llave y pongo mi cuerpo bajo el agua. Mientras el chorro cae sobre mi cuerpo lo primero que pasa por mi mente es él. No puede ser que esto pasara, no puede volver a ocurrir, como es posible que me guste lo complicado. La puerta suena interrumpiendo mi meditación, sorprendida agarro la toalla y salgo para ver ¿Quién es? Cuando abro la puerta quedo en shock

- ¿tú? ¿Qué estás haciendo aquí?

- Saliste corriendo, me preocupe un poco ¿todo está bien entre nosotros?- me mira, y pregunta con un poco de angustia.

- Si, si solo estoy cansada por el viaje.- incomoda y con el agua escurriendo de mi cuerpo evito su mirada.

- Quisiera descansar, el día ha sido bastante largo.- insinuó que me deje sola.

- ¡OH! Entiendo, descansa Olivia.- Se gira y se aleja.

Me sentía intimidada, con esos ojos tan penetrantes, la incomodidad que sentía al tenerlo en frente de mí me apabulle, se devuelve, y parece que quisiese besarme, pero como por acto reflejo retrocedo marcando la distancia entre nosotros, evito su mirada, Decepcionado se aleja y lo pierdo de vista.

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A la mañana siguiente:

Doy vueltas sobre la cama, batallando con las sabanas para poder coger impulso y levantarme. La habitación está oscura, apenas se puede apreciar un poco de luz que se filtra por una de las ventanas altas del baño. Caminó casi a ciegas por la habitación y llego hasta mi bolso de mano, escarbo dentro de él buscando mi teléfono. Cuando por fin lo tengo en mis manos, oprimo el botón de encendido 12:54 pm. No puedo creer que haya dormido tanto. Me acerco al baño y cepillo mis dientes, me quito la ropa y me meto a la ducha, enjuagándome, cuando salgo me pongo algo muy cómodo, puesto que el pantalón que había intentado ponerme antes ya no me sube. Me peino y maquillo muy sencilla, cómo es habitual.

Salgo de la habitación, cuando bajo me doy cuenta que no hay nadie despierto a excepción de mí, vasos plásticos tirados por toda la sala llaman mi atención como no había más que hacer y me sentía desesperada al ver tanto desastre me he decidido a buscar los implementos necesarios para comenzar a limpiar. Cuando me acerco al cuarto de aseo busco bolsas negras, la escoba y recogedor. Estaba tan acostumbrada al orden que tenía la necesidad de ser una maquina limpiadora. Cuándo camino hacia la lavandería tropiezo con Jacob y el me sostiene evitando que me resbale y caiga.

Durante unos segundo me quedo mirándole, todavía me siento muy incómoda al tenerlo frente de mí, más sabiendo todo lo que paso entre nosotros que estoy segura él no recuerda, para él soy algo insignificante, que estúpida me siento al recordar esto. Me alejo y reacciono ante la nube de pensamientos en los que me he sumido.

- Gracias, ¡bueno! Hay mucho desorden por recoger y no se limpiara solo.- digo nerviosa y salgo corriendo evitando tener alguna respuesta de su parte.

- Ok, está bien.- me mira confundido con cara dé. "A esta ¿Qué le pasa ahora?"

Cuando estoy en la sala me vuelvo a chocar con alguien, que mierda me pasa, esta vez es Holland ese es el nombre de la mejor amiga de Jessica:

- ¿Qué te pasa? ¡estúpida! Fíjate por donde caminas, ¿quieres chocar con todo lo que hay a tu paso?- parece estar enojada, y se desquita conmigo.

- ¡FUE SIN QUERER NO ME FIJE AGGG!- grito fastidiada, ya estoy cansada de que todo el mundo quiera lavar el piso conmigo. Me alejo, la empujo a propósito y dejo todo tirado.

Después de haber meditado un buen rato en el bosque decido entrar. Miro el reloj, las 6:48 PM ya está anocheciendo. Antes de que pueda tocar la puerta para entrar empiezan a llegar autos. ¡Genial! - pienso sarcástica, Parece que la fiesta está por comenzar.