Capítulo 36

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Jacob

Estoy cansado, Holland está loca sonrió mientras lo pienso, ha hecho que esos policías me persiguieran. Bastante interesante mi noche. Estoy que no aguanto de lo molido que esta mi cuerpo, camino por el pasillo oscuro, ¡MIERDA! Pego un chillido cuando me pego en el dedo pequeño del pie, mierda sí que duele, duro un tiempo maldiciendo mientras me masajeo. Cuando cesa un poco el dolor camino y abro la puerta de mi habitación la puedo reconocer en lo más oscuro del pasillo. Me quito todo hasta quedar en pantaloncillos, me acerco a la cama iba a lanzarme en ella cuando ¡COÑO! ¿Qué hace ella aquí? ¿Cómo ha llegado a parar en mi cama? Debería levantarla y sacarla a patadas de aquí por todo lo que me hizo. Pero mierda no puedo, me quedo mirándola detalladamente, no puedo evitar reírme cuando veo como su boca hace una forma tan poco familiar y peculiar, me acerco y acaricio su mejilla. Cuando lo hago se estremece, noto que está en ropa interior y la cubro con la sabana, abre los ojos y se ve algo desorientada, mueve la cabeza cuando abre los ojos como unos melones gigantes y dice:

- ¿Qué mierda haces tú aquí?- dice asustada, confundida y enfadada

- Eso te digo yo a ti, esta es mi habitación, cuando llegue estabas aquí tirada ¿tanto me extrañas? – digo burlando intentando ver si, si me extrañaba.

- ¡No puede ser! ¿enserio? - se levanta corriendo agarrando con fuerza la sabana sobre su cuerpo, empieza recoger su ropa del suelo acelerada Intentando huir de mí.

Solo por pura maldad justo antes de que se acerque a la puerta me pozo justo en frente de ella para trancarle el camino.

- ¿por qué huyes? ¿acaso te sientes intimidada al estar conmigo en una habitación?- me acerco a ella impidiendo su paso para que no salga de la habitación, poso mis manos sobre su cintura, intentado apartar la sabana que la cubría, y lo logro, de manera casi imperceptible la sabana cae. Mis manos se deslizan por su cuerpo lentamente detallando cada parte de su cuerpo, ella no se queda atrás, sus manos acarician mis pectorales. Entonces ninguno de los dos se controla y nuestras bocas se saborean, se sincronizan y los dos nos abrimos camino hacia la cama. Ella encima de mí, ¿cómo ocurrió esto? ¿desde cuándo este deseo por ella? ¿por sus labios? Mientras todo pasa tan rápido se nubla mi cabeza y le digo:

- Te deseo Holland.

- Ella se separa bruscamente de mí, y se tira sobre la cama entonces me pregunto ¿Qué hice ahora? ¿En que la cague?

- Esto está mal, ¡MIERDA! Tengo que salir de aquí ahora.- dice de manera poco audible, pero logro escucharla.

- ¡NO!, espera no te vayas.- digo rodeándola, casi rogándole.

- Esto no está bien, tú eres un ¡gilipollas! Esto debe ser uno de los juegos idiotas que hacen todos ustedes, lo que planean.- se espanta y me pide que la suelte.

- ¡Esto te parece un juego!- la beso con fuerza, con deseo y escucho como se escapa un gemido de su boca.

- Jacob, júralo por tu vida, sabes de lo que soy capaz.- dice asustada, intentando confiar en mí.


No le digo nada más y la abrazo con mucha fuerza, le beso la frente y parece tranquilizarse.

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A la mañana siguiente:

Ella sigue dormida, se ve tan angelical, y aún no comprendo ¿Cómo fue que terminamos en estas? Dejo que duerma tranquilamente y voy al baño. Salgo del baño, me pongo unos pantalones de sudadera y bajo a la cocina por un poco de agua.

Cuando bajo me acerco a la nevera, aun dormido dejo que el agua rebase el nivel del vaso y hago un desastre. ¡PENDEJO! Voy al cuarto de aseo por un trapo para limpiar, cuando veo a Olivia quien no se ha fijado en mi presencia, noto que viene del cuarto de aseo por todos los elementos que carga consigo y está por resbalar gracias al agua la sostengo antes de que caiga al suelo. Sí que pesa, está más ¡GRANDE! La recordaba más esbelta pienso. Se queda mirándome por un buen rato cuando dice:

- Gracias, ¡bueno! Hay mucho desorden por recoger y no se limpiara solo.- está nerviosa puedo notarlo como cada vez que estamos juntos.

- Ok, está bien.- respondo amable.

Sale del lugar, en seguida empiezo escuchar gritos, lo que parece ser una pelea, y después el sonido de la puerta cerrándose.

DESENFRENODonde viven las historias. Descúbrelo ahora