XIX

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(Alonso) Segunda parte.

-¿A dónde vai vo?-me preguntó mi viejo al ver que me estaba arreglando.

-Voy a salir.

-Sí me di cuenta, pero te pregunté a dónde.

-Eh... al cine.

-Ya, ¿en serio? ¿Y con quién?-preguntó interesado.

-Con la Lidia-respondí serio sin mirarlo a la cara.

-¡Ese es mi hijo!-exclamó-. ¡Hijo de tigre!

-A ver, ¿qué está pasando aquí?-preguntó mi mamá entrando a mi pieza.

-El tigre saldrá a cazar-le dijo mi viejo.

Mi mamá nos miró a ambos.

-¿A dónde vai?-me preguntó.

-Al cine. Con la Lidia.

Se tapó la boca exageradamente, luego me sonrió y me abrazó.

-¿Es una cita?

-No, mamá. O sea sí, pero...

-¿Cómo es eso?-me preguntó mi papá-. Es un sí o un no, nada de mariconadas.

-Es que estoy en proceso de conquista-me excusé.

-¿Por qué? ¿La Lidia se está haciendo la difícil?-preguntó mi mamá seria.

-Es que... le gusta otro.

-Ah-dijo ella-, te demoraste mucho po.

Sí sé, vieja, no es necesario que me recuerden esa hueá a cada rato.

-Pero igual me la voy a comer.

-¡Así se habla, tigre!-me apoyó mi papá.

-¿A comer?-preguntó mi mamá.

-Vieja, ¿cómo no cachai? Modernízate.

-Que va a pinchar con ella-le aclaró mi viejo.

Pinchar po hueón, pinchar. Término ochentero y volás místicas.

-Sí. Bueno, ya me voy. Voy a pasar a buscarla-busqué mi chaqueta de cuero en el clóset y me la puse.

-Bien. A las mujeres nos gustan los hombres caballeros-comentó mi vieja.

-¿Estai tirándome una indirecta?-le preguntó el perseguío de mi viejo.

-No. Aunque pensándolo bien, antes erai bien caballero, ¿qué te pasó ahora?

-El casamiento po mujer.

-Sí, claro, el casamiento.

-¡Ya me voy!-los interrumpí.

-Ándate luego oh-me dijo mi viejo-. Te andai anunciando y todavía seguí acá.

-Chao mi bebé-me dijo mi mamá besando mi mejilla.

-¡Mamá! Me dejaste todo el cachete con tu maquillaje-le dije limpiándome la cara.

-¡Se llama rouge! Además la Lidia igual te manchará, pero los labios.

-Y otras cosas también...-comentó el malpensao de mi viejo.

-¿Cómo deci esas cosas? Mi hijo es inocente todavía, ¿cierto, Alonso?

-Sí, mamá.

-¿A dónde? Éste cabro se sabe todas las posturas del kamasutra.

Nos empezamos a reír todos.

-Mami, ¿qué significa kama... eh... lo que dijo mi papá?-le preguntó la Sofi.

-Eh... unos pasos de karate, hija.

Enamorá de un ahueonaoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora