(Alonso) Segunda parte.
-¿A dónde vai vo?-me preguntó mi viejo al ver que me estaba arreglando.
-Voy a salir.
-Sí me di cuenta, pero te pregunté a dónde.
-Eh... al cine.
-Ya, ¿en serio? ¿Y con quién?-preguntó interesado.
-Con la Lidia-respondí serio sin mirarlo a la cara.
-¡Ese es mi hijo!-exclamó-. ¡Hijo de tigre!
-A ver, ¿qué está pasando aquí?-preguntó mi mamá entrando a mi pieza.
-El tigre saldrá a cazar-le dijo mi viejo.
Mi mamá nos miró a ambos.
-¿A dónde vai?-me preguntó.
-Al cine. Con la Lidia.
Se tapó la boca exageradamente, luego me sonrió y me abrazó.
-¿Es una cita?
-No, mamá. O sea sí, pero...
-¿Cómo es eso?-me preguntó mi papá-. Es un sí o un no, nada de mariconadas.
-Es que estoy en proceso de conquista-me excusé.
-¿Por qué? ¿La Lidia se está haciendo la difícil?-preguntó mi mamá seria.
-Es que... le gusta otro.
-Ah-dijo ella-, te demoraste mucho po.
Sí sé, vieja, no es necesario que me recuerden esa hueá a cada rato.
-Pero igual me la voy a comer.
-¡Así se habla, tigre!-me apoyó mi papá.
-¿A comer?-preguntó mi mamá.
-Vieja, ¿cómo no cachai? Modernízate.
-Que va a pinchar con ella-le aclaró mi viejo.
Pinchar po hueón, pinchar. Término ochentero y volás místicas.
-Sí. Bueno, ya me voy. Voy a pasar a buscarla-busqué mi chaqueta de cuero en el clóset y me la puse.
-Bien. A las mujeres nos gustan los hombres caballeros-comentó mi vieja.
-¿Estai tirándome una indirecta?-le preguntó el perseguío de mi viejo.
-No. Aunque pensándolo bien, antes erai bien caballero, ¿qué te pasó ahora?
-El casamiento po mujer.
-Sí, claro, el casamiento.
-¡Ya me voy!-los interrumpí.
-Ándate luego oh-me dijo mi viejo-. Te andai anunciando y todavía seguí acá.
-Chao mi bebé-me dijo mi mamá besando mi mejilla.
-¡Mamá! Me dejaste todo el cachete con tu maquillaje-le dije limpiándome la cara.
-¡Se llama rouge! Además la Lidia igual te manchará, pero los labios.
-Y otras cosas también...-comentó el malpensao de mi viejo.
-¿Cómo deci esas cosas? Mi hijo es inocente todavía, ¿cierto, Alonso?
-Sí, mamá.
-¿A dónde? Éste cabro se sabe todas las posturas del kamasutra.
Nos empezamos a reír todos.
-Mami, ¿qué significa kama... eh... lo que dijo mi papá?-le preguntó la Sofi.
-Eh... unos pasos de karate, hija.