(Federico)
Después de tomar desayuno estaba en el computador haciendo nada, cuando recordé la conversación entre la directora y yo sobre mi papá. Si él no llamaba, iba a llamarlo yo.
Tomé mi celular y marqué su número.
Al tercer tono contestó.
-¿Aló? -respondió el.
-¿Tú no te acordai de que tení familia? -fue lo primero que le dije.
-¿Federico?
-Ah, ¿ya se te olvidó que tení un hijo?
-Federico, hijo, he estado lleno de pega, por eso no he podido llamar.
-¿No tení ni siquiera cinco minutos libres para llamar a tu familia? Erí mentiroso, viejo-le grité.
-Federico, perdona en serio, yo...
-Se murió la abuela y tú ni siquiera estabai acá para consolarnos-lo interrumpí.
-¿Qué?
-Eso po. Más encima no estai aquí tampoco cuando me citan el apoderado en el colegio.
-El trabajo no mw...
-'¿El trabajo es más importante que tu familia? -lo interrumpí nuevamente-. ¿Acaso creí que mandando plata se arregla todo? Nos tení botados.
-Fede, perdóname.
-Nunca te voy a perdonar, viejo. Tú estai muerto para mí.
Corté la llama al instante de haber dicho eso.
Me quité un peso de encima. Hace tiempo tenía ganas de decirle todo eso a mi viejo.
**
-¿Terminaste de ordenar tu pieza?
-Sí, mamá. Cacha cómo quedó. ¡Soplá!
Mi mamá miró mi pieza en 360° y luego me sonrió.
-Te felicito.
Era primera vez que ordenaba mi pieza en serio, sin meter las hueás debajo de la cama. Desde la muerte de mi abuelita había ayudado a mi mamá en todo lo que podía, ya que el maricón de mi papá seguía en el extranjero sin ni siquiera llamar para saber cómo estábamos.
-Gracias. La ordené solo por ti, mamá.
-Lo sé. Gracias. Eres el mejor hijo que he tenido en la vida.
-Porque soy el único po.
-Ya. Oye, van a venir tus primos.
Pausé el play y me senté en la cama.
-¿Por qué? Qué paja.
-Van a venir a tomar oncesita, así que necesito que vayai al súper.
Me tiré para atrás y quedé acostado.
-¿Ahora? -pregunté tapándome la cara.
-Sí.
-¿Al toque?
-Sí.
Me pasé las manos por la cara y me estiré.
-Ya, dame la plata.
-Bajemos.
-Oye, voy pero si me dai plata para comprarme condones.
Mi mamá se dio vuelta a mirarme abriendo las medias pepas.
-¿Qué?
Me empecé a reír como hueón.
-Era broma oh-seguí riéndome-, cuando compre condones no te voy a avisar.