-¡Puta la hueá! -se quejó la Nacha-. ¡Quiero salir de esta casa de mierda, por la cresta!
Con el Fede nos miramos.
-¡Ni siquiera tenemos plata en el celu pa llamar a alguien que nos venga a buscar! -siguió quejándose mi amiga.
El Fede se movió un poco y me pasó su celular. Era el medio celu sí, no como el mío que valía callampa, pero por lo menos tengo Android.
-Tengo el celu con luca-dijo con su voz de moribundo.
-¡Avisa antes po! -lo retó la Nacha-. Ya, Lidia. Llama al toque a tu papá.
El fondo de pantalla del Fede era una foto de él con su mamá. Me dio tanta ternura. La suegrita era linda y joven, igual que su hijo no más po. Todavía me acordaba cuando fue tan amable conmigo en el baile. Me había ganado a la suegra conchetumare. ¡Éjale! ¡Viva Chile, mierda!
En lugar de escribir el número de mi papá, escribí el mío y lo guardé como "♡Lidia" para salir de las primeras en sus contactos.
-¿Marcaste?-me preguntó la Nacha sin paciencia.
-Relax, si la noche es joven.
-Ya po, Lidia. ¡Si me duelen las patas! -se quejó.
-Pa qué viniste con tacos po.
-Hueona, son "tacos" de tres centímetros.
-¿Entonces por qué te quejai?
-Porque me duelen po.
El Fede se agarró la cabeza.
-Hueona, cállate, que al Fede le duele la cabeza.
-¡Y a mí las patas! -gritó la Nacha.
Saqué mi celu para ver el número de mi papá y anotarlo en el celu del Fede para llamarlo, y después le pasé mi celu al Fede.
Me miró confundido.
-Anota tu número-le respondí.
-Ya, después intercambian números-nos retó la Nacha-. Hueón, ¿no entienden que me duelen las patas?
-Siéntate...-le aconsejó el Fede.
-Hueón, qué asco. El pasto está lleno de vómito.
-Acá no-le dije.
-Igual hay olor. ¿Llamaste o no?
-¡Estoy llamando conchetumare! No me contesta este viejujo.
-Llama a tu mamá entonces, pero rápido que mis patas no dan más.
Marqué a mi mamá de mala gana. No quería hablar con ella, seguía enojá po.
-Tampoco contesta hueón. ¿Qué hueá están haciendo que no contestan?
-Culiando-respondió la Nacha.
Los tres nos reímos.
-Ya... no me hagan reír... que me duele-se quejó el rico del Fede.
-Sorry-se disculpó mi amiga.
-Se odian más que Tom y Jerry y van a andar culiando-dije negando con la cabeza.
-Existen los remember's, ahueoná.
-¡Ni un viejujo contesta, por la chucha! -me quejé-. ¿Tu mamá podrá venir a buscarnos? -le pregunté a la Nacha.
-Mi mamá es más floja que la cresta. Además es peligroso que venga sola. No tenemos ni auto, hueón. Maldita pobreza.
Me agarré la cabeza.