Teoría Híbrida

Día productivo

Lo que había comenzado como una forma de Baird de relajar a Marcus, había terminado en una seción de besos y caricias por parte de ambos.
Una en la que Baird terminaba constantemente boca arriba con el castaño entre sus muslos, si bien no profundizan el encuentro éste no dejaba de calentarlos.

M: Creo que cumpliste eso de relajarme. - Río para luego besar el cuello de rubio.
B: Me alegra saberlo. - Soltaba entre suspiros.
M: A partir de hoy serás mi droga. - Decretó enmarcando sus palabras con una leve mordida.
B: Creo... Ah~ Que lo mismo va para tí.

Mientras los tórtolas estaban en pleno reconocimiento de terreno. Raam y Byron estaba deambulando por una zona cercana al territorio de Myrrah, la mujer tenía a sus tropas en completo desorden.

Ra: Estás seguro de esto, mi príncipe. - Tomó su mentón para mirarlo y de paso besarlo.
By: Si amor. Será mejor que le devolvamos su padre a Marcus. - Con eso denotaba su nulo sentir por aquel hombre.
Ra: Lo que pidas lo haré, mi príncipe. - Su mirada raramente expresiva en el momento.

La extracción fue lo más fácil, lo complicado fue esperar a que el científico terminara de recojer o destruir lo último que quedaba a la vista.

Ad: Yo... Lo lamento. - No se atrevía a mirar a Byron.
By: Movamonos, luego hablamos.

Al llegar a la nueva ciudadela Locust Adam no paraba de felicitar y adular el lugar. Rápido llegaron a la superficie, allí Adam solo tuvo que entrar a Jacinto y buscar a los Gears.

Ra: Estás bien...?
By: Pensé que me afectaría más.
Ra: No sentir nada también es correcto. - Abrazó a Byron dejándolo sentado en sus piernas.

En esa posición comenzaron a repartirse besos, suaves y calmados.
Por momento Raam de forma inconsciente pasaba sus manos por el firme y redondo trasero del menor, haciéndolo estremecer.
Al tratar de retirarla el híbrido las sujeto para de forma insinuante volverlas, al que él creía eran su sitio.

A: No sabes nada de Marcus? - Pregunto a Sam.
Sa: Ay ya deja eso Anya. Solo te haces daño. - La morena tenía de halmodad a un muy dormido Cole.
A: Pero quiero saber qué pasó. - Insistió con capricho.
Sa: No la crees... Deja el asunto así. - Le dió la espalda a la rubia para acomodarse mejor.

Anya los dejó descansar con la idea de hablar civilizadamente con Marcus.
Tarde había descubierto lo mucho que le gustaba el Gear.
Al llegar a donde sabia que estaría Marcus la sorprendió el escuchar extraños sonidos provenir del cuarto, al acercarse comenzó a distinguirlos un poco comenzando a captar que eran. Luego reconoció las voces, probó la puerta y ésta cedió.
Al abrir apenas un poco y mirar en el interior del cuarto este estaba oscuro y solo se distinguían dos siluetas.
Allí entendió lo mucho que había perdido al castaño.
Cerró con cuidado de no alertarlos y se marchó del lugar con la cabeza gacha, y pensamientos nada positivos rondando le la mente.