Final♡

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Hoseok.

—Aquí tiene. Gracias por su compra. —Dijo la chica que atendía en la pequeña tienda de conveniencia más cercana al hotel.

Había comprado algo de pollo, verduras, arroz y salsas, para hacer la comida y de paso, algunos dulces para Taehyung y un hueso de plástico para Toto. Mi paso era tranquilo a la par que miraba al sol empezar a ocultarse, el tiempo pasaba demasiado rápido.

Un dolor en mi pecho se hizo presente y por ello, solté las bolsas sin importar que la comida cayera esparcida, llevé una mano justo donde está mi corazón y apreté mi camisa con fuerza, el dolor era indescriptible.

Taehyung.

Me levanté con dificultad del piso, pues había caído de rodillas en el frío asfalto. Sentía su tristeza, incluso, al punto de sentir como sus lágrimas bajaban por sus lindas mejillas, él estaba en peligro. Corrí lo más rápido que mis piernas me permitían y al llegar al edificio, esperé por unos segundos al ascensor, pero estaba tardando demasiado y no tenía tiempo que perder, miré a mis lados buscando las escaleras, y cuando las encontré, corrí hacia ellas, empezando a subirlas.

Cuando al fin llegué, corrí por el pasillo hasta la puerta de la suite, incrusté la tarjeta y luego la saqué al escuchar la puerta abrirse. La empuje de golpe y vi a Toto que me empezaba a ladrar, había olvidado llevarlo, corrí a la habitación y cuando entré en ella, mi corazón se encogió al ver a Taehyung acostado sobre las cobijas hecho bolita, mientras lloraba.

Me acerqué a él y me senté a su lado, coloqué una mano sobre su hombro y vi como se giraba con rapidez.

—¡Vete! —Gritó mirándome fijamente a los ojos, mientras que por ellos, las lágrimas no dejaban de salir.

No podía negar que me dolía su rechazo, era como si me apuñalaran con mil espadas hechas de fuego. Era un dolor gigante, pero no se comparaba con el que sentía al verlo en ese estado, y peor, sin saber su causa.

—Taehyung, bebé, soy yo, Hobi. —Susurré tratando de tocarlo.

—¡No te me acerques! ¡Vete! —Gritó.

—Mi amor estoy aquí.

—¡No me digas así! ¡Largate! ¡No te quie-

Sin embargo, antes de que terminara de decir aquella horrible frase, lo atraje hacia mi y lo abracé con mediana fuerza, para no lastimarlo.

—¡Suéltame! ¡Suéltame! ¡No me to-

—Estoy aquí. —Susurré de nuevo, pero esta vez sobre su cabello, antes de dejar un beso en su coronilla.

Se removía inquieto en mis brazos, pero no lo soltaría y menos en el estado en el que se encontraba, no sabía que había pasado, pero sí, que había lastimado en demasía a mi pequeño. Su cuerpo poco a poco se fue relajando junto a los minutos que pasaban, su respiración se fue calmando y sus lágrimas dejaron de salir, se había quedado dormido con su rostro oculto en mi cuello.

Lo acomodé debajo de las cobijas y lo arropé, me quité mis zapatos y fui con rapidez a la cocina para servirle la comida a Toto, quien se encontraba acostado en su cama. Volví a la habitación y cerré las cortinas, suspiré y me acosté a su lado, atrayéndolo a mi cuerpo y que escondiera su delicado rostro en mi cuello.

—Todo estará bien. —Susurré más para mi mismo que para Taehyung.

Por alguna extraña razón, nuestro lazo parecía tambalearse aún después de que Taehyung se durmiera. El lazo no podía romperse y menos si se acababa de crear, ¿Verdad?.

Matrimonio ForzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora