Capítulo 30♡

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Hoseok

¡Oh Dios!

Jesucristo auxíliame, no me dejes caer en la tentación, ¡Amen!

Escuchar gemir de esa manera a Taehyung logró ponerme los pelos de punta y no era para menos, si estaba causando en mi lo que exactamente no quería que causara, excitarme.

Si hay alguien en el cielo ¡Ayuda!

Rogué tratando de calmarme, el olor a vainilla que desprendía su cuerpo estaba acaparando todos mis sentidos y no podía permitirlo. Me levanté con cuidado de no causar un movimiento brusco para que gimiera o sería mi perdición. Me levanté de la cama y suspiré mirando hacia la ventana.

—Mgh~... H-Hobi... —Gimió.

¡Santa virgen de la papaya!

Me giré para mirarlo y casi sufro un infarto por la vista ante mis ojos, boca entre abierta, ojos cerrados con fuerza, mejillas sonrosadas, cabello desordenado, el sudor recorriendo su frente y luego sus mejillas hasta su tentador cuello, sus manos apretando las cobijas con fuerza, era una imagen digna de una película porno.

Pero, ¿Qué carajos?

—Tae... —Llamé tragando en seco, acercándome un poco.

—Ah~... Ho-bi... Mgh~ —Volvió a gemir removiéndose en su lugar, al parecer los supresores no hicieron bien su trabajo.

¡No seas tarado! ¡Tú provocaste que no funcionaran!

—H-hobi... Mgh~... A-ayudá-me p-por fa-vor... Ah~

¡¿Ahora qué hago?!

—Ya vuelvo. —Dije rápido y me fui casi corriendo al baño.

Entré en él y suspiré llevando una mano a mi pecho tratando de regular mi respiración, mis manos sudaban, mi rostro se sentía caliente, mi cabeza daba vueltas por el potente olor de Taehyung. Traté de respirar calmádamente mientras me mentalizaba. Ayudaría a mi omega.

Salí del baño y suspiré rogando a quien sea para que no perdiera la poca cordura que me quedaba. Caminé hasta la cama donde Taehyung se removía con inquietud, agarrando con más fuerza las cobijas de la cama, su respiración era pesada y acelerada, sus movimientos eran sensuales pero inocentes a la vez y su voz... ¡Joder!, su voz mataría a cualquiera.

Me senté a su lado y sentí como se acercaba a mi abrazando mi cintura y aspirando mi aroma, no podía negar que su olor era tan adictivo como una droga y fuerte con un perfume de alfa, pero debía controlarme.

—Tae... —Susurré acariciando su cabello logrando que se estremeciera.

—Hobi... Ah~ —Gimió.

—¿Me dejarías ayudarte? —Mi nerviosismo era palpable en mi voz, y eso era lo que menos deseaba, lo vi asentir e inhalé aire listo para lo que se avecinaba, justo después de verlo asentir.

Recosté a Taehyung sobre la cama y gimió por el movimiento, me posicioné encima de él y lo miré a los ojos. Estaban de un color oscuro, llenos de lujuria y una pizca de miedo, sabía lo que su lobo quería, pero no sabía lo que él quería, era complejo, pero no era el momento de pensar en eso.

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