Capítulo 36♡

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Taehyung.

Kim NamJoon.

Kim NamJoon está frente a mi, frente a mis ojos después de casi tres años sin tener alguna idea sobre su paradero o su vida. Mi corazón empezó a latir con rapidez y mis ojos se cristalizaron nuevamente. Mi respiración se aceleró y yo no podía hacer nada para regularla. Estaba perdido.

¿Qué hago?

a) Correr a abrazarlo.
b) Esconderme detrás de Hobi.
c) Llorar.
d) Golpearlo.







e) Alguna combinación.

a - ❌ b -❌ c -❌ d -❌ e - ✔

Definitivamente esa era la mejor opción. Mi siguiente movimiento parecería estúpido pero quería confirmar que mis ojos no me engañaban como algunas veces anteriores.

—¿Na-NamJoon? —Pregunté.

—Hola Taehyung. —Susurró.

Puedo afirmar que sentí mi corazón detenerse. Su voz, esa era su voz, ¡Joder!, era él. Llevé una mano a mi pecho, se encontraba caliente y estaba sudando, ¿Y si me transformo?, ¡No! ¡Definitivamente eso no podía estar pasando!

—¿T-tú? —Sollocé, no podía soportarlo. —¡Eres un maldito tonto! —Grité.

—Yo n-

—¡Cállate! —Grité por segunda vez, era hora de que me escuchara. —¡Me dejaste solo! ¡Te largaste sin pensar en mi, sin tener en cuenta mis sentimientos! ¡Me destrozaste y desapareciste como si nada! ¡Nunca supe de ti! ¡E-eres u-un mal-dito!

Me acerqué hasta él sin importar los retorcijones en mi estómago, con todo el dolor de mi alma levanté mi mano y la estampé en su moreno rostro.

—E-res un ton-to... pe-ro ¡T-te extrañé demasiado! —Susurré dándole un fuerte abrazo.

—Tae-

—Shh, abrázame. —Murmuré llorando en su pecho.

Sentí sus brazos pasarse por mi cintura siendo apretada un poco mientras mis lágrimas fluían con total libertad sobre su pecho. Lo había extrañado tanto que el asombro y emoción eran demasiadas para mi ser. Apreté su chaqueta con mis manos y suspiré con alivio, al fin, después de tanto tiempo podría desahogarme, hacer que ese constante nudo en mi garganta y opresión en mi corazón desapareciera.

—Lo siento mucho Taehyung. —Le escuché decir causando que mi respiración se acelerara aún más. —Juro que daría mi vida por retroceder el tiempo y evitar que las cosas hayan terminado de esa manera. Jamás quise hacerte daño, nunca lo planeé y yo lo hi-

—Lo sé todo. —Susurré los suficientemente alto para que me escuchara. —Sé que tú no lo hiciste para hacerme daño, sé que estuviste en casa, sé que mi madre te dio de beber, sé que no pudiste rechazarlo, sé que ella me metió en ese lugar. Lo sé Nammie y por eso jamás te culpé de ello, pero eso no evita que tu partida no haya sido un golpe duro.

—P-pero có-mo...

—No hablemos del tema. Yo... —Me tambalee en mi lugar por lo que me sostuve aún más fuerte de su chaqueta.

Matrimonio ForzadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora