La ropa de Diane como caballero es la que está arribita uwur
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Todos estaban en la gran sala del castillo real; El rey Kay en una especie de escenario. Todos a excepción del rey estaban nerviosos ya que hoy era el día de proclamar al nuevo capitán de los caballeros sagrados.
El rey aplaudió para callar los susurros que se escuchaban allí, se silenciaron instántaneamente.─Los he reunido aquí, como bien saben, para anunciar al nuevo capitán de los caballeros de este reino. Nuestro anterior capitán se ha tenido que retirar por asuntos personales, mas eso no significa que no merezca todo el respeto que alguna vez tuvo como capitán.─Aplausos.─ Sin más rodeo es la hora de anunciar a vuestra capitana.
─¿Qué?─Se escuchó a unísono en la sala.
─¡Aplaudan a la nueva capitana de los caballeros de Camelot, Dana!
─¡¿Eh?!─Emitió anonadada la castaña mientras todas las miradas se dirigían a ella.
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El rey Harlequín estaba en la copa del gran árbol, observando su reino mientras qie en su mano sostenía la maseta donde estaba aquella flor que hace unos meses atrás él plantó, en aquella planta veía la figura de su amada, podrían decir que estaba loco, ya que le hablaba a la flor, besaba, acariciaba he inclusive le cantaba, como si fuera la gigante que le robó el corazón.
Recuerda su más grande error hace unos meses atrás, se culpa por ello mas no hace nada por su gran pereza, no se queja ya de nada y muy rara vez lo vas a ver discutiendo. Ahora era demasiado relajado a la vista de las hadas que aquel individuo gobierna.
Una pequeña hada volando con su cabello rosa se veía bastante féliz, y a diferencia de otros días ella traía un vestido rosa pastel, unas botas blancas y decorando su cabello una corona de flores claras, parecía que iba a ir a una cita ya que un leve sonrojo adornaban sus mejillas. Esta fémina se dirigía al gran árbol, más concreto iba a ver al rey de las hadas.
─¡Su majestad!─Gritó aquel hada llamada Ende, volando hacia su superior.
─¿Pasa algo, Ende?─Indagó arqueando una ceja. Volteando denuevo su mirada.
─Emm... Este.─Comenzó a ponerse nerviosa, pero al notar que su rey le daba la espalda curiosa se asomó por el hombro del hada, viendo el tulipán en la maseta que este tenía en sus manos.─¿Enserio, mi rey? ¿Sigue con ese tonto tulipán? ¿Aún no supera a esa estúpida Gig-─Un rallón apareció en su mejilla del cual comenzó a bortar un hilo de sangre; la fémina cubrió su mejilla, jadeando de dolor y con lágrimas apunto de salir.
─Ende, querida Ende.─Habló con fríaldad, asustando aún más a la de cabello rosa.─Toma esa pequeña herida como una advertencia, porque la próxima vez que hables de ella de esa manera.─Con tu dedo trazo una línea recta imaginaria por su cuello.─¿Entendido?
─Sí, mi rey.─Salió volando despavorida.
Suavizando la expresión de volteo hacia la maseta la cual estaba intacta. La tomó nuevamente entre sus manos y con una sonrisa pronunció:
─Querida ya Ende no vendrá a molestar.─Dijo con suavidad.─Te amo Diane.─Y beso un pétalo con suma delicadeza.
