─¿Me podrías ayudar?─Pidió con una sonrisa Elizabeth, mirando a Elaine.
─¡Oh! ¡Claro!─Voló hacia ella y la ayudó a llevar la torre de platos.
─Gracias.
─De nada. Por cierto ¿Qué tal?─Interrogó con una sonrisa.
─¿Qué tal qué?─Inquirió la albina.
─El matrimonio ¿Cuándo lo harán?─Los pómulos de la de cabellera plateada se tornaron de un toco carmesí.
─Cuando Diane vuelva, y si eso es un nunca, nunca se hará la ceremonia.─Contestó con una sonrisa nostálgica.
─¡Oh, Elie!─Expresó aguantando las ganas de llorar.
Las dos féminas dejaron los platos en la cocina y se abrazaron.
─Le prometí a Diane que sería una de mis damas de honor ¿Lo recuerdas? El día de picnic, cuando los chicos se fueron a recolectar comida.
─Sí, Diane, Merlín, tú y yo nos prometimos mutuamente que las otras serían nuestras damas de honor.─Recordó con una sonrisa triste.
─Exacto, debemos cumplir la promesa. No como otras personas.
─Sé que mi hermano fue un hijo de puta, junto conmigo y los demás. Pero por favor, no lo trates así si sabes muy bien que Diane no volverá por insultarle.─Habló la enana.
─Tienes razón. El pasado es agua pasada ¿No?─El hada asintió.─Vamos a vestirnos, hay que trabajar.
─Sí.─Y se diriguío junto a la albina arriba, para cambiarse al uniforme.
•••
─¿No tendríamos que decirle a los demás?─Preguntó aquella voz en la forma noche del pecado del orgullo.
─Es mejor mantenerlo en secreto, por un tiempo.─Le besó las comisuras de sus labios.─Aunque me encantaría gritarlo a los cuatro vientos ¿Sabes?
─Eres la mejor mujer que podría desear.─Alagó sonriéndole.
─¿Mujer?─Preguntó con una sonrisa.─Prometida, querrás decir.─Mostró el anillo que vestía su dedo anular.
─Aún no me creo que hayas aceptado ser la esposa de este hombre tan inútil.
Le dió un casto beso en los labios.
─¿Inútil? Para mí eras el más poderoso de toda Britannia.─Le volvió a dar un casto beso.─Eres el que mas me ha a apreciado por mi ser y alma, no por mi cuerpo.
─Los bastardos que te prefieren por tu cuerpo se pierden es alma tan pulcra que eres.─Esta vez él le brindó un apasionado beso a la maga.
─Pensaba que solo insultabas en tu forma día, pero aún así eres tremendamente adorable.─Pronunció apenas de separaron.
•••
─¡Ban, deja de comportarte como un imbécil!─Le gritó aquella rubia furiosa.─¡¿Por qué siempre te quejas de todo?!
─¡Mira quién lo dice! ¡¿Por qué siempre gestionas todo lo que digo?!
─¡Es mi hermano, sé que fue un marica. Pero no tienes que estarlo insultando todo el rato!
─Is mi hirmini ¡Ahg, Elaine! ¡Sí tanto le quieres, ¿Por qué no vas al bosque, eh?!─Le gritó enojado y borracho.
─¡¿Sabes?! ¡Me voy!─Y con lágrimas en los ojos, miró a aquel albino borracho y salió volando del bar surcando el cielo nocturno en camino al bosque de las hadas.
─¡Mierda! ¡Soy una mierda!─Gritó cabreado con sigo mismo el varón.
─Deberías ir al bosque a disculparte con ella. No creo que esté tan enojada.─La diosa alargó el "tan".
─Hablé mal de Harlequín... Más de la cuenta.
─Te jodiste.─Dijo sin más y se fue a la bodega a dejar la escoba, ya que se encontraba barriendo para finalizar de limpiar el local luego de la jornada de trabajo.