Les gustaría un capítulo +18? Claro, este será un extra que se hará al final de la historia. No será pobre(Tipo: La penetró, la embistió y se vino adentro) No, lo hare profundo o algo así¿
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─Nada por mí lado ¿Y por el tuyo?─Indagó la castaña mirando al contrario, ambos llegaban al punto del encuentro.
─Una casa pequeña de madera al lado del castillo ¿Estás segura?─Ella asintió y él la guío hasta la vivienda.
Por el camino se encontraron algunos carteles de que Diane la serpiente estaba desaparecida, y ellos los destrozaron rápidamente. Al llegar a su destino a la de hebras castañas le facinó el sitio, daba un ambiente hogareño.
─¡Es fantástico!─Exclamó sonriéndo, parecía una niña pequeña al darle un paleta de caramelo, caminó unos pasos y tocó la puerta, pasados unos minutos, un chico abrío, era pálido, ojos negros igual que su cabello y vestía un pantalón olgado igual que una camisa por igual.
─¡H-Hola! ¿Supongo que vienes por la casa? ¿No?─Ella asintió. Él jovén miró tras ella cruzando la mirada con Gowther.
─Él es mi amigo, me acompaña a ver la casa, nada más.─Aclaró la de orbes amatistas con una sonrisa.
─Está bien. Puedes pasar con él si quieres, solo te haré firmar y pagar nada más.
El de hebras rubias y la de hebras castañas siguieron al azabache, hasta llegar a una mesa la cual parecía ser el comedor.
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La fémina miró por la ventana como aquel azabache se iba, por lo poco que hablaron él le contó que se había casado y planeaba vivir el resto de su vida junto a su amada en una montaña, bastante rómantico.
─Supongo que ya es tarde, me tengo que ir.─Informó el rubio levantándose del sillón donde estaba leyendo anteriormente.─Vendré pasado mañana tal vez.
─¿Por qué mañana no?─Interrogó arqueándo una ceja.
─Tengo que ayudar a Merlín ¿Cómo crees que le pagó las medicinas?─Preguntó sonriéndo, la castaña se encogió de hombros avergonzada.─Son sólo pruebas para encontrarte, obviamente siquiera le pasó lo que necesita. Es fácil de engañar.
─No deberías hablar a la lijera, Gowther. Estamos hablando de Merlín.─Lo miró a esos ojos color diamante.
─¿Debería mentir? Es fácil de engañar y ya, fin.─Finalizó.─Nos vemos.─Salió por el portón de madera dejando a la chica en aquella vivienda.
La chica pensaba en que se podría dedicar, ya que el dinero no caía del cielo. Pensó en varios oficios hasta que encontró uno: Caballero. Aunque la tacharán de inútil, ella se superaría, protegería a miles de personas con su vida.
Quería ser fuerte, por ella y por los demás, haría que el título de "Reina de los gigantes" no fuera vacío, lo haría valer, con su valor y fortaleza.
Aunque ya no fuera un pecado, integrante de la orden de caballeros más poderosos de Britannia, sería una caballero ejemplear, dedicada a proteger a la gente de Britannia, daría todo incluso si protegiéndolos tuviera que morir... Que así sea. Pero ella se hará valer, se hará respetar y será la que protegerá al reino de Camelot.
Mientras pensaba tomaba un poco de té que había preparado anteriormente. Se sentía fría la noche, haciéndo a la fémina sentir escalofríos constántemente en su cuerpo; Al terminar el té lo llevó al lavaplatos y lo dejo allí para luego emprender camino a su pequeña habitación, la cual tenía una cama individual, una mesa de noche y un armario, todo muy compacto, sin más dilación se acostó en la suave manta color blanco, no era lo más cómoda del mundo pero le bastaba ya que podía consiliar el sueño sin dar muchas vueltas en la cama.
La chica se acurrucó en la cama, su cuerpo era levemente bañado por la suave brisa de la noche estrellada la cual se coloba por los pequeños orificios en las ventanas, se sentía tan tranquila que cayó dormida, entrando al reino de Morfeo, no sin antes susurrar un nombre:
─Harlequín...
