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Día del Ataque

En este día nublado, fresco y tranquilo, se preparaban los pecados para iniciar una especie de ataque a Vanya, sus motivos no era desconocidos, iban por algo, por Diane.

─Bien, estamos listos─Expresó con convicción el capitán de los pecados.

Un temblor sacudió la taberna, en señal de que la madre de Hawk estaba saliendo de la tierra, para emprender viaje a la aldea de Vanya.

─Enano, ¿Seguro qué estás bien?─Cuestionó con duda el albino de ojor carmesí, mirando a su cuñado.

─Si te soy sincero, no. Tengo un mal presentimiento─Respondío con nerviosismo recibiendo una palmada en la espalda.─¡Eh!

─Relaja la raja. Todo estará bien, nos reuniremos con la gigantona y estaremos juntos ¿No te preocupes, sí?─No, Ban no estaba siendo amable porque quisiera, Elaine lo había obligado pero esos son detalles.

─Está bien, zorro inútil─Murmuró con una sonrisa, intentando pensar que son solo los nervios de volver a ver a la fémina que acaparaba sus sueños y pensamientos.

En el trayecto eran seguidos por algunos caballeros sacros, entre ellos Howser a quien le carcomía la angustia al dar cada paso hacia el destino de todos.

─Gil ¿Estás seguro que está allí?─Fingió una cara seria, aunque quería morirse de nervios en ese preciso instante.

─No creo que Karen este mintiendo, además, hemos mandado a varios aprendices a inspeccionar Vanya, han visto a Diane acompañada de un niño y un chico en varias ocasiones─Informó con serenidad.─Howser, mantente en silecio no debemos distraerlos y mucho menos dejar que escape.

El rubio asintió y cerró la boca, mirando al suelo proyectando sus más grandes miedos respecto al encontramiento con Diane ¿Qué pasará? ¿Escapará o la atrapará? Esas preguntas merodeaban su cabeza sin parar, mientras su sudor corporal aumentada a medida que se acercaban al pueblo donde Diane se encontraba.

Mientras que en la taberna los pecados hablaban y comían pequeños bocadillos que preparó Ban.

─Merlín ¿No sería más fácil teletransportarnos?─Preguntó Meliodas mirando a la azabache quien estaba en la barra bebiendo un poco de vino.

─Sí, sería más fácil. Pero alertaríamos a Diane, si entramos directamente los aldeanos no formarían tanto escándalo.─Respondió con seriedad la maga.

─Supongo que estará bien. Dime ¿Cuánto falta?─Indagó con una sonrisa la Diosa.

─Faltarían unas dos horas, no te impacientes, hermanita─Contestó con una sonrisa.

─Creo que deberíamos descansar un poco ¿Qué tal sí vamos cada uno a su habitación?─Preguntó con una sonrisa tranquila Elie.

─Me parece bien, vamos─Dijo el enano rubio con una sonrisa pícara, tomando a la Diosa de la cintura, para luego comenzar a subir las escaleras.

─¡Cerdo! ¡No le hagas nada a Elizabeth!─ Gritó con la voz chillona el animal rosado.

─No~ Como crees~─Dijo el rubio con una sonrisa ladeada, terminando de subir las escaleras para rápidamente cerrar la puerta con seguro.

─¡Ese cerdo me va a escuchar!─Grito el puerco, pero fui detenido por Ban quien le sirvió unas cuantas sobras─Será en otro momento─Dicho esto fue a comer el "alimento" servido en su plato.

─Sí me disculpan iré a mi habitación, con permiso─Informó el muñeco levantandose de la mesa, yendo a su habitación, aunque parecía tranquilo tenía los nervios a flor de piel.









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Aclaración: La historia pasa en un mundo alternativo (Obviamente), en el cual, pudieron romper la maldición de Elizabeth, el rey demonio si murió, pero por alguna razón de la vida, Meliodas se puede quedar en ese mundo pero sigue teniendo el mismo poder. Por ello Oslow no está (:'v).

Mɛ Tɛռɢօ Qʊɛ Iʀ      ↳κιαπε  |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora