eigthteen

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─¡Diane, te tenemos rodeada! ¡No puedes escapar!─Gritó uno de los caballeros. El sonido de la puerta comenzando a abrirse hizo dejar en un silencio a todos, un niño azabache con sus ojos y naríz rojos por tando llorar salió de la casa aún soltando lagrimas. Una chica de cabellera castaña clara se acercó corriendo hacia él, Gilthunder hizo lo mismo.

─Dínos pequeño, ¿Dónde está tu niñera?─Pregunto con una voz serena pero a la vez dominante.

─Escapó. ─Escupió sin más.

─¡¿Qué?!─El rey de las hadas se paró enfrente del niño, este estaba hecho una furia, con sus puños cerrados y el ceño fruncido─¡¿A dónde se fue?!

─¿Eres su ex?─Preguntó con una mirada seria el pequeño, Harlequín asintió─Mucho menos te lo voy a decir. Eres un pésimo novio, la verdad.

King lo fulminó con la mirada, estaba muy enojado.

─Harlequín, deja al pequeño─Intervino el muñeco, justo antes del que el niño dijera algo este lo calló, poniendo su dedo en sus labios en señal de que guardará silencio.─La volveremos a encontrarla como hemos hecho antes, no te preoc-─El grito del hada lo interrumpió.

─¡Callate Gowther!─Gritó y salió volando a la taberna.

Mientras los presentes -incluyendo a Karen-, se reunieron para hablar sobre lo sucedido y el ataque fallido, el niño se acercó a Gowther y jaló su vestimenta.

─Armando, Diane se fue a Camelot. ¿Por qué tu cabello es color fucsia?─Expresó el niño con una sonrisa.

─Edgar, como ya te explicamos antes Diane y yo, soy un muñeco, esta es mi aparencia común, yo cambiaba de cabello puesto que no quería que me reconocieran─Explicó son una sonrisa.─Gracias por decirme su paradero, no le vayas a decir nada a tu hermana ¿Vale?─El niño negó con una sonrisa.

─¡Gowther, nos vamos!─Exclamó serio el rubio mirando al muñeco, el susodicho asintió.

─Me tengo que ir, algún día volveremos a leer y jugar juntos─Expresó con serenidad, para luego comenzar a correr a la taberna en la cual realizarían su viaje devuelta a Liónes.

─Vamos Edgar, ya es tardé. Te conseguiré una nueva  niñera ¿Sí?─Mencionó Karen acercándose con serenidad a su hermano, hablanco una dulce voz. El pequeño asintió y tomó la mano de su hermana para adentrarse a su casa, la cual ya no transmitía la misma cálidez y alegría que antes.

La castaña se encontraba descansando debajo de un árbol, lloraba, cuando por fin pudo ser lo que quería le habían derrumbado su sostén. Estaba triste, sus mejillas estaba húmedas por las constantes lagrimas que caían de sus dos amatistas. Al reponerse mas o menos comió una manzana, para luego continar con su viaje, estaba decidida a darle un giro a esto, pero algo la carcomía por dentro ¿Ellos aún le querían? Rápidamente sacudió su cabeza.

─No... Todos me dijeron en la cara que me odiaban─Murmuró con sus ojos cristalizados y su mano en forma de puño justo en su pecho, estaba agobiada y dolida.

Caminó lento pero constante, incluso al andar perdida en sus pensamientos supo que el sol ya se asomaba por el horizonte, tan radiante y único.

Sonrió al sentir la cálidez de los rayos solares en su piel, aunque esa mueca desapareció al instante.

Mɛ Tɛռɢօ Qʊɛ Iʀ      ↳κιαπε  |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora